Tras dos postergaciones, ayer hubo audiencia en el Juzgado Correccional de Segunda Nominación en relación con la causa que tiene a dos auxiliares docentes imputadas por 13 hechos de “lesiones leves”. El viernes último, la defensa de las hermanas Yésica Ana Celeste y Elsa Romina Ferreyra, ambas representadas por el abogado del foro local Fernando Contreras Del Pino, planteó la extinción de la acción penal por plazos razonables.
Fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que el juez Diego Chayle Costilla corrió vista a las partes. Tanto el fiscal Correccional Federico Maturano como el abogado de la querella, Sebastián Ibáñez, y la asesora de Menores se opusieron al planteo. Luego de escuchar a las partes, el magistrado pasó a un cuarto intermedio para hoy. Una vez resuelto este planteo, se determinará si finalmente se abre o no el debate.
La causa en cuestión se inició en mayo de 2018. Un grupo de padres había denunciado a dos auxiliares docentes del Jardín Maternal “Mis Pequeñas Sonrisas”. Las víctimas son niños que, por entonces, tenían entre dos y cuatro años. La investigación estuvo a cargo del fiscal de Instrucción de Quinta Nominación Hugo Costilla.
De acuerdo con la agenda del Tribunal, el inicio del debate estaba previsto para el miércoles pasado pero la defensa presentó un certificado médico. El juez Correccional fijó nueva audiencia para el viernes, a las 10. No obstante, la defensa presentó a las 8, por escrito, el planteo de prescripción y no se presentó a la hora fijada para el debate. Ante esta situación –de una segunda postergación-, el magistrado fijó nueva fecha para ayer.
Expediente
Las auxiliares docentes habían presentado distintos recursos para evitar el debate oral y público. En septiembre de 2022, por unanimidad, la Cámara de Apelaciones en la Penal y de Exhortos resolvió no hacer lugar al pedido de la defensa de las imputadas. Tampoco se hizo lugar al pedido de nulidad de elevación a juicio. En consecuencia, se confirmó la elevación a juicio resuelto oportunamente por el juez de Control de Garantías de Primera Nominación Héctor Rodolfo Maidana.
El expediente fue remitido al Juzgado Correccional de Segunda Nominación. Ante este Tribunal, las hermanas Ferreyra habían solicitado la suspensión de juicio a prueba pero el beneficio fue denegado. La defensa insistió con un recurso de casación pero la Sala Penal de la Corte de Justicia de Catamarca no hizo lugar. El planteo fue presentado en febrero del año pasado y en junio, los ministros Hernán Martes, Fernanda Rosales Andreotti y Verónica Saldaño resolvieron confirmar lo resuelto en primera instancia y no concedieron la “probation”. Las ministras Saldaño y Rosales Andreotti elaboraron sus votos propios. Su par Hernán Martel adhirió.
“Los niños conforman uno de aquellos colectivos que han merecido especial amparo por parte de las cartas magnas y la legislación supranacional. La primordial razón de este énfasis tuitivo finca en su marcada vulnerabilidad y dependencia. La resolución cuestionada se apoyó en la postura negativa del fiscal, con fundamento en que el hecho atribuido a las imputadas afecta el interés público. Es un compromiso asumido por el Estado el resguardo de la tutela del derecho de los niños y niñas, por lo que resultaba necesario que la instancia se resuelva en un juicio”, se consideró.
Además, se remarcó que “no estamos en presencia de una mera causa de instancia privada sino, por el contrario, de interés público”. Por ello, se estimó que el Estado debe responder con mayor exigencia y precisión a las obligaciones asumidas. “Debe ser en la instancia procesal pertinente -el debate oral- donde se verifique -o no- la existencia de los hechos endilgados y, eventualmente, la responsabilidad de las acusadas. Por lo tanto, es propicio rechazar el recurso de casación interpuesto y, en consecuencia, confirmar la resolución dictada por el Juzgado Correccional de Segunda Nominación”, se indicó.
Los padres se enteraron de lo sucedido luego que auxiliares de “Mis Pequeñas Sonrisas” les informaron sobre lo que ocurría puertas adentro del jardín maternal. También, los padres contaron que los chicos comenzaron a orinarse en la cama, «a insultar cuando en la casa corregimos cuando se usan palabras inapropiadas», a tener miedo, a tartamudear y a negarse a ir al jardín.
«Sabemos que los mojaban con agua fría, que los insultaban, que los denigraban diciéndoles cosas como ‘cara de mono’, ‘tonta’, estúpida'», agregaron.