La fábrica Camino, ubicada en Sumalao, en el departamento de Valle Viejo, atraviesa una grave crisis que afecta directamente a sus trabajadores. Según José Ocampo, tesorero del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación, la empresa adeuda nueve quincenas salariales, dos aguinaldos y un bono de enero de 2024.
Además, la planta se encuentra prácticamente paralizada desde diciembre, lo que genera incertidumbre sobre el futuro laboral de los 89 empleados, 78 de los cuales están sindicalizados.
Ocampo señaló que, aunque hace dos semanas se presentó una propuesta de pago, esta no se concretó. “El viernes nos dijeron que iban a depositar el 50% de una quincena, pero hasta ahora no se ha acreditado”, explicó a la prensa el dirigente sindical.
El conflicto no es nuevo, ya que la deuda salarial arrastra un atraso desde la administración anterior, cuando la empresa estaba bajo el control de Camilo Carballo. En noviembre, un nuevo inversor vinculado a la firma Tres Arroyos asumió la gestión de la fábrica, prometiendo regularizar los pagos y evitar futuros atrasos. Sin embargo, la promesa no se cumplió, y actualmente la deuda salarial continúa en aumento.
Además de los sueldos impagos, la falta de producción es otro de los problemas graves que enfrenta la planta. “La fábrica no está produciendo, está completamente parada”, comentó Ocampo, quien explicó que los días de trabajo disminuyeron considerablemente.
En una reunión reciente con el dueño de la planta, en Buenos Aires, se explicó que la empresa no puede vender la mercadería ya producida, lo que impide retomar la producción. Sin embargo, Ocampo cuestionó esta justificación, argumentando que la situación financiera de la fábrica es responsabilidad de los nuevos dueños.
Ante esta crítica situación, los trabajadores decidieron tomar medidas de fuerza. En una asamblea realizada el viernes, se acordó presentar un petitorio al Ministerio de Producción para que intervenga en la crisis. Ocampo expresó que los trabajadores no pueden seguir esperando y demandó una solución inmediata para garantizar la fuente de trabajo y el pago de los salarios adeudados. “Los trabajadores necesitan cobrar para vivir. La situación es insostenible”, concluyó el dirigente sindical.