Elpidio Guaraz, ex intendente de Santa Rosa, condenado a nueve años de prisión tras ser declarado culpable por un delito contra la integridad sexual buscar revertir el fallo en su contra. A tal fin presentó un recurso de casación y ayer se llevó a cabo la audiencia de expresión de agravios ante la Sala Penal de la Corte de Justicia de Catamarca. Finalizada la audiencia, se pasó a un cuarto intermedio para deliberar.
En septiembre último, la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Primera Nominación, integrada por los jueces Fernando Esteban, Silvio Martoccia y Miguel Lozano Gilyam, por unanimidad, lo declaró culpable por los delitos de “privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida con violencia” y “abuso sexual con acceso carnal” y lo condenó a la pena de nueve años de prisión. Sin embargo, Guaraz mantiene la libertad hasta que el fallo quede firme. En el Salón San Martín del palacio judicial, ante los ministros Fernanda Rosales Andreotti, Hernán Martel y Verónica Saldaño, la defensa –representada por el abogado Luciano Rojas- dio inicio a los alegatos.
A su turno, el fiscal de Cámara, Alejandro Dalla Lasta Baroni, y las abogadas de la querella, Giselle Saseta y María Laura Cisternas, respondieron al planteo. Fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que tanto el presentante del Ministerio Público Fiscal como la querella se opusieron al planteo de la defensa. A la vez, la querella consideró que debe confirmarse la sentencia de Cámara. Las querellantes, en sintonía con los fundamentos de la condena, destacaron el contexto de vulnerabilidad de la víctima y la asimetría de poder con respecto al acusado.
“Se trataba de una relación de pareja con una marcada asimetría de poder por parte de Guaraz, no solo por su condición masculina, su mayor fuerza física, sino además por la diferencia de edad existente”, indicaron los magistrados en los fundamentos de la condena. Precisaron que el delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida con violencia” ataca al bien jurídico libertad en dos de sus tres aspectos: la libertad física, por un lado, y la libertad psíquica o de autodeterminación. En tanto que el agravante se entiende por cualquier fuerza desplegada para evitar la resistencia de la víctima. “No exige la norma que sea una fuerza desmedida, solo exige una fuerza necesaria para doblegar la voluntad de la víctima”, aclararon. Para el Tribunal, quedó acreditado que Guaraz privó ilegítimamente de su libertad personal a la joven, valiéndose del uso de la fuerza para que ella no pudiera resistirse e hiciera lo que él pretendía de ella.
En cuanto al delito de abuso sexual refiere a la autodeterminación sexual de la persona, el derecho de la mujer en este caso, a decidir cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales. La relación de pareja que unía en ese momento a víctima con victimario no lo exime de responsabilidad, cuando la víctima en forma clara y categórica manifestó su negativa al acto sexual”, se remarcó.
El hecho
En junio de 2021, la joven víctima debió escapar del terruño de Elpidio Guaraz, por entonces intendente de Bañado de Ovanta, Santa Rosa, para poder llegar a la Capital. En la sede de la Fiscalía General realizó la denuncia contra el jefe comunal. En aquella oportunidad, la denunciante contó un hecho puntual ocurrido en noviembre de 2019. De acuerdo con información a la que pudo acceder El Ancasti, el jefe comunal se presentó con su camioneta en horas de la madrugada en la casa de la chica. Le insistió para que ingresara al vehículo “para conversar”. Una vez dentro del rodado, Guaraz arrancó la marcha y se llevó a la joven, contra su voluntad, a su casa. Al llegar, la hizo bajar del vehículo por la fuerza y la ingresó a su domicilio. Una vez ambos adentro, cerró la puerta con llave y comenzó a insultarla. Luego la agredió sexualmente. La joven permaneció encerrada en esa casa durante algunas horas.
Públicamente, Guaraz admitió que había tenido una relación con la víctima desde que era adolescente. En audiencia de debate –que se desarrolló a puertas cerradas por la índole del delito-, el acusado expresó que su error quizá fue estar con alguien mucho menor que él.
La joven declaró que realizó la denuncia por una cuestión de seguridad y por miedo. De no hacerlo, consideró, “iba a ser una más sepultada bajo tierra”. Recordó que conoció a Guaraz en 2014. El entonces intendente le dio trabajo a su mamá, a través de un plan. Luego, recordó que comenzó esa relación por redes sociales. Las diferencias se hicieron notorias cuando ella quiso estudiar en otro lado y él no quería “porque iban a estar lejos”. Guaraz le pidió que “busque algo allá”. De todos modos, la joven se instaló en otra ciudad para estudiar. Su propia madre se lo recriminó y le dijo que “él lo hacía para cuidarla”.