sábado, 17 de mayo de 2025 14:00
El romance oculto entre el periodista Diego Brancatelli y su colega, Luciana Elbusto, que salió a la luz luego de casi cinco años de silencio, no sólo sacudió su vida personal, sino que ahora tiene consecuencias directas en su carrera profesional. Tras los días de mayor exposición mediática, C5N tomó una postura drástica respecto al periodista.
Aunque al principio intentó minimizar la situación y pedir privacidad, la bomba explotó y fue imposible contenerla. La relación laboral se tornó cada vez más íntima y Brancatelli a espaldas de Cecilia Insinga, su esposa y madre de sus hijos, mantuvo una vida paralela, y el revuelo, como era de esperarse, llegó a cada rincón del ambiente televisivo.
Acorralado por las repercusiones, el comunicador decidió romper el silencio en Argenzuela, donde hizo un pedido explícito: “Estoy harto, no sé de qué manera pedir que no pongan imágenes de mis hijos. Está mal, tienen 6 y 9 años”, suplicó, visiblemente afectado.
Incluso, en las últimas horas habría presentado una medida cautelar contra ciertos programas para evitar que se siga hablando del tema. Sin embargo, la presión no cesó. Desde el entorno de C5N tomaron una determinación que sorprendió a todos.
Según reveló Analía Franchín en A la Barbarossa, el canal le exigió que se presentara a trabajar pese a su decisión de ausentarse. “Brancatelli el lunes no fue a su programa. Lo que me informan es que en C5N tomaron la decisión de exigirle que se presente. Fue como decirle: ‘si te gusta el durazno, bancate la pelusa’”, lanzó sin filtros.
La panelista también cuestionó la actitud que Diego tuvo con sus colegas. “Ayer tuvo una actitud que no me pareció en lo más mínimo: cuando le dijo a un movilero ‘yo estoy anotando a cada uno de ustedes, los que dijeron verdades y mentiras’. Eso no estuvo bien”.
A pesar del escándalo, desde el canal no han emitido un comunicado oficial, pero el mensaje interno fue claro: no hay lugar para ausencias. Mientras tanto, la figura del periodista se tambalea y su futuro en C5N es una incógnita. Por ahora, Brancatelli eligió el silencio público. Pero puertas adentro, el ambiente está más tenso que nunca.