En un fuerte operativo de seguridad que se lleva adelante en el Congreso de la Nación, se desarrolla este miércoles la habitual marcha de jubilados. Junto a un importante vallado, la Policía Federal, la Prefectura y la Gendarmería aplican el protocolo antipiquete para evitar el corte de calle.
Cuando intentaban hacer un “semaforazo” en la esquina del Congreso, la infantería de la Gendarmería avanzó sobre los manifestantes que generó incidentes con la policía. Con palos y otros elementos contundentes, varios manifestantes que pertenecían a las columnas de los grupos que respaldaban a los jubilados se enfrentaron con la policía.
Minutos después, otra columna de la infantería de se enfrentó con otra columna de manifestantes sobre la avenida Rivadavia para llevarlo a la plaza del Congreso. Nuevamente, se registraron enfrentamientos con gases lacrimógenos y palos. Los manifestantes, que tenían la cara tapada, respondieron con golpes, palos y cinturones, y hasta le robaron escudos a los efectivos.
Incluso, hubo algunos de los integrantes de los grupos que se manifestaron que terminaron heridos y tuvieron que ser atendidos por los grupos que se dedican a urgencias en las marchas.
Las columnas de manifestantes se concentró en la plaza enfrente del Congreso, donde se suelen mover hasta la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao. Generalmente, las fuerzas de seguridad evitan el corte de calle con los escudos y se generan enfrentamientos.
El operativo cortó con el vallado la avenida Callao y dejó libre Rivadavia para que circule el tráfico. Sin embargo, entre los manifestantes y la policía, se generaron demoras.
Desde las 15, los jubilados comenzaron a manifestarse en las inmediaciones del Congreso. Previamente, hubo una convocatoria, a las 14, de la mesa ecuménica que contó con el grupo de sacerdotes que vienen acompañado a los jubilados en las últimas semanas. Justamente, el padre Paco Olveira, quien fue detenido en las últimas dos protestas, está presente en las inmediaciones.
También hubo representantes del Polo Obrero y de la UTEP que acompañaron la manifestación.
No hubo quórum
Con apenas 124 diputados, la oposición no logró avanzar en el debate sobre proyectos cruciales como medidas jubilatorias, la propuesta de una moratoria y la declaración de emergencia por las inundaciones en Zárate y Campana.
En el epicentro del conflicto se encuentra la repartición de una silla en la Auditoría General de la Nación (AGN), codiciada por distintos sectores de la oposición. A pesar del trabajo a lo largo de un año por parte del ex diputado Mario Negri, el también opositor Emilio Monzó, de Encuentro Federal, lo desplazó, intensificando las tensiones. Este cambio en el tablero político desencadenó desacuerdos que impidieron el quorum necesario.
El Gobierno ya anticipó que utilizará su poder de veto sobre la moratoria y el bono a jubilados, en caso de que estos sean aprobados por el Congreso.
La situación se complicó con la ausencia de los diputados de Córdoba, seguidores del gobernador Martín Llaryora. La diputada Alejandra Torres expresó en redes que el encuentro era un “show”. Los cordobeses Ignacio Aresca y Carlos Gutiérrez también estuvieron ausentes, mientras que en Encuentro Federal faltó Ávila.
Dentro de Unión por la Patria, destacó la figura de Leopoldo Moreau, quien a pesar de su reciente intervención quirúrgica asistió, aunque otros diputados de provincias con interés en la AGN no lo hicieron. Santiago del Estero y Catamarca presentaron retrasos y ausencias.
Por su parte, Democracia solo consiguió la participación de 10 de sus 12 representantes previstos, con Jorge Rizzoti y Juan Carlos Polini, quienes decidieron no sumar al quórum. En cuanto al radicalismo y al PRO, apenas Julio Cobos y Álvaro González se encontraban presentes, pero sin el respaldo suficiente para comenzar la sesión.