martes, 3 de junio de 2025 17:55
Los puesteros, changarines y diversos trabajadores de La Salada fueron desalojados del corte de tránsito que habían realizado en Puente La Noria en reclamo por la reapertura de la feria, clausurada por la Justicia desde el 22 de mayo. La manifestación fue dispersada por las fuerzas policiales, en medio de un contexto marcado por la detención del empresario Jorge Castillo, quien administraba el espacio y es imputado por lavado de dinero, contrabando y evasión fiscal.
La clausura de La Salada dejó sin sustento a más de 30 mil personas que dependían de la venta de indumentaria, alimentos y otros rebusques en la feria, considerada la más grande de Sudamérica. En medio de la protesta, Ariel Maciel contextualizó la situación socioeconómica de millones de trabajadores excluidos del sistema formal, y que encontraron en La Salada una válvula de escape laboral.
En los allanamientos realizados días atrás, se hallaron entre 2 y 2,5 millones de dólares, unos 40 millones de pesos, en propiedades del empresario, según informó Maciel en el programa semanal. La historia del fenómeno comenzó en los años 90, surgido en un país que relegaba a gran parte de su población al margen del sistema. La feria creció con el tiempo, convirtiéndose en un mercado que funciona lunes, miércoles y sábados y que, en sus mejores momentos, constituía la principal fuente de ingresos para miles de familias.
Ezequiel Orlando agregó que, en 2024, el Fondo Monetario Internacional (FMI) identificó a La Salada como un espacio que debería dejar de funcionar, debido a la permanente infracción a las leyes de marcas y la evasión fiscal que la caracterizan desde sus inicios. Maciel recordó que muchos puesteros ya perdieron alimentos como carne y quesos, y que nadie se responsabiliza por los daños ocasionados.
Damián Di Pace destacó la realidad de la informalidad en Argentina, señalando que “estamos más cerca de una Argentina de La Salada que de grandes marcas”. La feria, con sus miles de puestos atendidos en turnos rotativos y rodeada de un entorno gastronómico, representa la expresión máxima de la economía informal del país.
Maciel cerró señalando la falta de respuestas del gobierno: “Si tu única respuesta es cerrar, no estás ofreciendo un plan”, y expresó su preocupación por la suerte de los trabajadores que dependen de esta actividad en un contexto donde no hay soluciones claras.