InicioSociedadHaberes en el subsuelo

Haberes en el subsuelo

Un estudio elaborado por la Universidad de Buenos Aires grafica de un modo contundente la pérdida del poder adquisitivo de las jubilaciones y pensiones en los últimos dos años, y en consecuencia ratifica la necesidad de que prospere el proyecto que busca una actualización de los haberes previsionales.

Según el mencionado informe, titulado “Pobreza e Indigencia: Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, uno de cada tres jubilados en el país vive por debajo de la línea de pobreza. El incremento entre 2023 y 2024 ha sido impactante: en el primer semestre de 2023 el 13,2% de los jubilados estaba debajo de la línea de la pobreza, pero un año después había escalado al 30,8%, lo que implica un aumento de 17,6 puntos porcentuales en tan solo 12 meses.

Es decir que más de medio millón de jubilados y pensionados, un sector que habitualmente, por tener ingresos fijos estaba relativamente contenido, pueden considerarse “nuevos pobres” a partir de las políticas de ajuste del gobierno asumido en diciembre de 2023, aunque también habían perdido poder adquisitivo en el último semestre de ese año.

Los investigadores Eduardo Chávez Molina, José Rodríguez de la Fuente y Mariana Sosa, autores del trabajo, destacan que, “aunque los jubilados continúan siendo el grupo etario con menor incidencia de pobreza, el crecimiento de esta problemática es notoriamente preocupante”.

El proyecto aprobado esta semana en la Cámara de Diputados de la Nación, que ahora debe tratar el Senado, prevé un aumento del 7,2% sobre los montos actuales y una suba del bono previsional a $110.000. La recomposición significa que los haberes previsionales recuperen lo perdido desde que Javier Milei asumió la Presidencia de la Nación.

En rigor, si bien con Milei se verifica una pérdida importante del poder adquisitivo de jubilaciones y pensiones, según el estudio la aceleración de la pobreza en los jubilados comenzó a intensificarse en 2020, como resultado de la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19.

El informe realiza un abordaje que excede la situación de la clase pasiva. Revela, además, cómo la pobreza afecta cada vez más a los trabajadores en relación de dependencia. Así, consigna que la pobreza en los asalariados formales pasó del 13,2% al 30,8% en el último año. Es decir, la caída del poder adquisitivo de los salarios ha logrado que caigan por debajo de la línea de la pobreza estos sectores y no solamente trabajadores informales, subocupados o desocupados, como era tradicional en otras épocas.

Se comprende, entonces, la necesidad de un proceso de recomposición de los ingresos de los sectores pasivos como de los trabajadores de los sectores menos calificados, no solo porque es un acto de estricta justicia, sino porque además no es posible pensar en una dinamización de la actividad económica con los haberes en el subsuelo.

Más noticias
Noticias Relacionadas