martes, 10 de junio de 2025 17:00
A sus 50 años recién cumplidos, Pablo Ruiz decidió celebrarse a sí mismo con un viaje soñado. El cantante, que fue ídolo juvenil en los años 80 y 90, eligió Egipto como destino y se embarcó en una travesía espiritual junto a su hermana Silvina. “Fue un regalo para el alma”, contó tras su regreso, aún emocionado por la experiencia vivida entre las majestuosas pirámides.
Durante su estadía, Pablo Ruiz vivió un momento muy especial: festejó su cumpleaños dentro de la pirámide de Micerino. Allí, en silencio y meditación, formuló sus deseos personales y también pidió por el bienestar colectivo. “Fue un instante mágico, sentí mucha conexión con algo más grande”, relató. Esta elección no fue casual: la cultura egipcia y la espiritualidad que la rodea son parte de una búsqueda interior que Ruiz viene transitando hace años.
Lejos del frenesí del espectáculo, el artista se encuentra en una etapa de calma. Aunque sigue componiendo música y tiene planes de lanzar un nuevo álbum –el número 12 en su carrera–, se toma el tiempo necesario para elegir bien sus próximos pasos. “Estoy en paz, sin ansiedad ni apuros. Si llega una propuesta interesante, la analizo con tranquilidad”, confesó.
Actualmente, Pablo Ruiz está dedicado al estudio de una técnica espiritual llamada desprogramación biocuántica. Este método, basado en el uso del péndulo, le permite conectarse con su yo superior y trabajar en la sanación emocional. “Me ayudó muchísimo durante los ataques de pánico que tuve en 2020. Desde que empecé, estoy mucho mejor”, afirmó.
Pablo Ruiz cree firmemente en la importancia de conectarse con uno mismo. Medita, reflexiona y busca aprender de cada experiencia. Para él, el bienestar personal pasa por dentro, por lograr un equilibrio emocional que le permita vivir con plenitud. Y desde ese lugar, aconseja a otros a hacer lo mismo: “Sanar desde el alma es el mejor camino”.
Consultado sobre cómo se ve hoy, respondió con sinceridad: “Me gusto, me siento bien. Todavía tengo mi levante y me veo atractivo”. Aunque no está en pareja, no descarta volver a enamorarse. “No estoy cerrado al amor, simplemente no lo busco con desesperación. Todo llega en su momento”, aseguró.
Además de la música y la espiritualidad, Pablo Ruiz ha encontrado en su entorno familiar un gran soporte para esta nueva etapa. La compañía de su hermana durante el viaje a Egipto refleja ese vínculo fuerte y especial que mantiene con sus seres queridos, quienes lo acompañan y apoyan en sus procesos personales. “La familia es mi ancla y mi refugio”, confesó, mostrando que detrás del artista hay un hombre que valora profundamente el afecto y la conexión humana. Esta combinación de música, espiritualidad y afectos parece ser el motor que impulsa su renovada energía a los 50.
Lejos de la exposición constante, Pablo Ruiz construye una nueva versión de sí mismo. Más introspectivo, más sereno y con una mirada agradecida hacia la vida, el ídolo pop de ayer transita hoy un camino diferente, en el que la espiritualidad y la paz interior son sus nuevos escenarios.