jueves, 12 de junio de 2025 16:00
El conflicto entre Lizy Tagliani y Viviana Canosa escaló a un nuevo nivel luego de que la humorista decidiera llevar a la periodista a la Justicia por calumnias e injurias. El enfrentamiento, que ya generó un gran revuelo mediático, tendrá su próximo capítulo en una audiencia de conciliación, donde ambas deberán verse cara a cara. En este marco, Lizy rompió el silencio y compartió un testimonio que conmovió a sus seguidores.
En diálogo con el programa A la Tarde, Lizy Tagliani expresó su deseo de que esta instancia sirva para poner las cosas en orden. “Es un buen momento para que todo se aclare”, sostuvo, con un tono sereno pero firme. La comediante hizo hincapié en la importancia de recibir las disculpas necesarias y reparar el daño causado por las afirmaciones que considera falsas y ofensivas.
“Está en juego mi persona, mi nombre, el de mi hijo, el de mi familia”, aseguró con la voz quebrada. “Todo lo que he construido a lo largo de estos 54 años, más lo que mi familia ha luchado, no puede tirarse por la borda por alguien que dice cosas sin pensar”, añadió con profunda tristeza. Lizy Tagliani no solo defiende su imagen pública, sino también el entorno afectivo que ha formado con esfuerzo.
La denuncia de Lizy Tagliani no solo es un pedido de justicia, sino también una forma de proteger a su círculo íntimo. La relación con su hijo, a quien cría con amor y compromiso, se volvió uno de los ejes más sensibles del conflicto. En medio de este proceso legal, Lizy dejó en claro que irá hasta las últimas consecuencias para limpiar su nombre.
Desde otro ángulo, la diputada Amalia Granata se sumó al debate y se mostró visiblemente preocupada por el impacto que esta situación podría tener en el niño que vive con Lizy Tagliani. “Pensé en ese chico, en lo que puede sufrir si le quitan el amor de una familia que lo cuida y lo abraza cada día”, comentó en el mismo programa.
Amalia Granata también aprovechó para visibilizar una problemática profunda: la situación de muchos niños de entre 5 y 17 años que no son adoptados y terminan quedando solos al llegar a la adultez. “Cuando un niño de esa edad está en un hogar lleno de cariño, sacarlo sería una tragedia”, afirmó.
Mientras tanto, la audiencia entre Tagliani y Viviana Canosa se presenta como una oportunidad para poner un freno a la violencia verbal en los medios. Lizy Tagliani no busca venganza, sino respeto. En sus palabras resuena una necesidad urgente de reparación, pero también de empatía.
El caso sigue generando repercusión y dividiendo opiniones. Sin embargo, más allá del show mediático, lo que está en juego es la dignidad de una mujer que eligió ser madre y construir su historia desde el amor. Y no está dispuesta a dejar que nadie la ensucie.