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Editorial
El formidable recorte presupuestario practicado por el Gobierno nacional en el último año y medio sobre el Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), en el contexto de un ajuste fiscal y una agenda anticiencia, impactó notablemente en el funcionamiento del organismo, pero no impidió que continúe liderando el ranking de instituciones de investigación científica en América Latina. Así lo señaló el Ranking SCImago 2025, que es un prestigioso sistema que clasifica a nivel mundial el desempeño de las instituciones de investigación, en base a una serie de parámetros, como son la cantidad de publicaciones, los avances en innovación y su impacto social.
El desfinanciamiento del organismo provocó que se cancelen o demoren numerosas investigaciones en marcha y que se redujera el número de investigadores, además de numerosos problemas para el acceso a insumos o la adquisición de equipamiento necesario para el trabajo de los científicos. Se calcula que entre despidos, renuncias y jubilaciones, el Conicet perdió a alrededor de 1.500 investigadores, sin que ingresara desde diciembre de 2023 ninguno nuevo.
Un país que no financia el conocimiento científico está condenado indefectiblemente al atraso y al subdesarrollo. Un país que no financia el conocimiento científico está condenado indefectiblemente al atraso y al subdesarrollo.
En la actualidad el Estado nacional invierte apenas el 0,15 por ciento del PBI al área científica y tecnológica, una cifra solo comparable con las de la crisis de 2001-2002. El poder adquisitivo de los salarios y las becas se redujo un 40 por ciento. A través de distintos voceros, el Gobierno nacional ha intentado justificar el ajuste a la ciencia lanzando campañas de desprestigio contra el organismo, pero esos agravios injustificados chocan con la realidad: el Conicet ha realizado aportes sustantivos a la ciencia a lo largo de sus casi siete décadas de existencia. Entre los aportes relevantes de sus investigaciones pueden mencionarse el desarrollo de la vacuna ARVAC contra el Covid-19; descubrimientos para el tratamiento del cáncer, como por ejemplo la identificación de nuevas proteínas y terapias; descubrimientos para tratar con la ateroesclerosis, una enfermedad cardiovascular, y el desarrollo de un derivado de la tetraciclina con potencial para tratar la enfermedad de Parkinson.
También el Conicet ha impulsado proyectos para agregar valor al litio, creó una empresa nacional para la investigación y desarrollo de cannabis medicinal y cáñamo industrial; contribuyó al desarrollo de tecnologías para la producción bovina y la producción de semillas resistentes a la sequía, sistemas de transporte robótico y análisis de datos genéticos, desarrollo de tecnología espacial, entre muchos otros logros, que también incluyen investigaciones exitosas en el campo de la paleontología, antropología, arqueología, biología, astronomía y las ciencias sociales.
Es preciso un replanteo en las políticas de desfinanciamiento de la ciencia en la Argentina. Un país que no financia el conocimiento científico está condenado indefectiblemente al atraso y al subdesarrollo.