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Por qué Guillermo Francos abandonó el Senado

La jornada legislativa del 26 de junio de 2025 en el Senado argentino quedará marcada por un episodio tan insólito como revelador del clima político actual: la abrupta salida del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en medio de su informe de gestión. Lo que comenzó como una sesión institucional ordinaria terminó en escándalo, con acusaciones cruzadas, gritos en el recinto y un pedido de indulto a Cristina Fernández de Kirchner que encendió aún más los ánimos.

Guillermo Francos había iniciado su exposición con un tono mesurado, repasando los principales logros del gobierno libertario, entre ellos la baja de la inflación, la reducción del gasto público y la advertencia de un posible veto presidencial a la nueva ley previsional aprobada en Diputados.

Según explicó, el sistema jubilatorio argentino es “deficitario e inviable”, con más beneficios otorgados por moratoria que por aportes genuinos. Sin embargo, el clima se tensó cuando la senadora rionegrina Silvina García Larraburu, del bloque Unión Ciudadana, sorprendió al solicitar públicamente que el presidente Javier Milei considere indultar a Cristina Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria tras la confirmación de su condena por corrupción en la causa Vialidad.

“Entrar en un proceso electoral con la principal referente de la oposición encerrada no le hace bien al Gobierno”, argumentó la legisladora, apelando a la figura política de Francos como interlocutor válido ante el Ejecutivo.

La tensión escaló rápidamente cuando tomó la palabra la senadora fueguina Cándida López, también del kirchnerismo, quien acusó a Francos de “mentiroso” en plena sesión. “Leí muy atentamente la respuesta que nos mandó y debo decirle que la verdad es un mentiroso”, lanzó sin rodeos. Ante el pedido del jefe de Gabinete de que se retractara, López redobló la apuesta: “Que se vaya, ¿cuál es el problema?”.

Fue entonces cuando Francos, visiblemente molesto, se levantó de su banca y abandonó el recinto sin concluir su informe. “¿Para qué me voy a quedar, si no me creen?”, declaró a la prensa acreditada en el Congreso antes de retirarse. La escena dejó atónitos a los presentes y generó un inmediato cuarto intermedio.

Reacciones dentro del recinto

El presidente del bloque peronista, José Mayans, intentó calmar los ánimos con un llamado al orden dirigido a López: “Pero pará un poquito, che” —una frase que quedó registrada en la transmisión oficial y que sintetiza el desconcierto del momento. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La sesión quedó suspendida y se resolvió convocar nuevamente a Francos para el miércoles siguiente.

Desde el oficialismo, la lectura fue clara: el episodio fue un “regalo” para la Casa Rosada, que suele capitalizar los excesos verbales de la oposición como evidencia de su falta de propuestas y su apego a la confrontación. Para el kirchnerismo, en cambio, el retiro de Francos fue interpretado como una muestra de debilidad y falta de respeto institucional.

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