martes, 1 de julio de 2025 13:00
El exclusivo Chateau Libertador fue testigo de un dramático episodio que sacudió la tranquilidad del barrio porteño. Lo que debía ser una simple visita de Mauro Icardi a sus hijas, Francesca e Isabella, terminó convirtiéndose en un verdadero infierno mediático y familiar.
La situación se desbordó cuando las pequeñas se negaron rotundamente a irse con su padre, quien las esperaba en la recepción del imponente edificio. La escena fue desgarradora: las niñas «lloraron desconsoladamente», lo que obligó a la intervención de múltiples actores.
Para intentar destrabar el conflicto, tuvieron que hacerse presentes «abogados, funcionarios judiciales, móviles de la Policía de la Ciudad y un equipo del SAME». Una vecina del complejo, Jacky Szmid, relató cómo se vivió el episodio «puertas adentro».
La residente del Chateau Libertador contó en un programa televisivo que notó la presencia de un «drone que está dando vueltas por el edificio hace más de una semana». Confirmó que «está chequeado que es de prensa, porque una vecina lo vio que lo metían en una camioneta de prensa».
La vecina estuvo presente «todo el día» y presenció la situación en primera persona, declarando que «nunca hubo una situación igual» y que «lo que pasó el viernes no se compara con nada». Comentó que las abogadas del futbolista estuvieron en el lugar desde la mañana, y que ella sintió que su presencia era «un poco avasallante».
Tras diez extenuantes horas de tensión, la situación finalmente se resolvió. El deportista pudo «retirar a sus hijas después de 10 horas en las que las niñas se resistieron una y otra vez a irse de su casa».
La periodista Yanina Latorre, desde otro medio, confirmó el desenlace, expresando que «milagrosamente, Wanda habló con sus hijas y todo tranquilo». Aseguró que «no hubo quilombo ni drama» y que, tras la conversación con la mediática, «las niñas están contentas y sin angustia».
A pesar de la tensa jornada, el desenlace fue más calmo de lo esperado para las menores. La intervención de la madre fue clave para que las pequeñas, tras horas de resistencia y llanto, finalmente aceptaran reunirse con su progenitor, poniendo fin a un día de gran revuelo en el exclusivo complejo.