La introducción de alimentos sólidos en la dieta de un bebé es uno de los hitos más importantes durante el primer año de vida. Pero, ¿cuál es el momento adecuado para dar ese paso? Según la Organización Mundial de la Salud, el momento ideal para iniciar esta transición es alrededor de los seis meses de edad.
A esa edad, el desarrollo fisiológico y motor del bebé permite que pueda comenzar a ingerir alimentos distintos a la leche materna o de fórmula, sin que esto represente un riesgo para su salud. Además, su organismo comienza a necesitar nutrientes adicionales, como el hierro, que ya no obtiene en cantidad suficiente solo de la leche.
“A partir de aproximadamente los 6 meses de edad, los bebés necesitan la nutrición añadida (hierro y zinc) que les ofrecen los sólidos. También es el momento adecuado para introducir nuevos sabores y texturas en la dieta de su hijo”, señalan en el portal Kids Health. Sin embargo, también apuntan que hay algunos bebés que están preparados para ingerir sólidos antes de cumplir 6 meses, pero no se debe empezar hasta que el bebé tenga por lo menos 4 meses de edad.
A esa edad, la mayoría de los bebés reúnen las siguientes características que les permitirán ingerir alimentos sólidos:
De acuerdo con Kids Health, estos son los signos que indican que los bebés están preparados:
La primera recomendación es hablar con el médico de su hijo antes de introducir los sólidos en su dieta. Además, desde Kids Health recomiendan que, cuando sea el momento adecuado, empiece a darle a su bebé papillas de un solo cereal enriquecido con hierro.
“Empiece con 1 o 2 cucharadas de papilla del cereal mezcladas con leche materna, de fórmula o agua. Alimente a su bebé con una cucharita para bebés. No añada cereales u otros alimentos a la mamadera de su bebé porque eso podría llevare a un aumento excesivo de peso. Deje que su bebé practique la conducta de comer usando una cucharita y de dejar que comer cuando esté satisfecho”, indican.
Otra recomendación es que, cuando su bebé se acostumbre a comer su primer alimento, introduzca otros alimentos, como puré de carne, de frutas, de verduras y de legumbres (como las alubias o las lentejas) o el yogur. “Pruebe un alimento cada vez y espere unos pocos días antes de probar un alimento nuevo para tener la seguridad de que su bebé no presenta una reacción alérgica”.
Los especialistas recomiendan comenzar con alimentos sencillos y de fácil digestión, como purés de frutas (manzana, banano) o verduras cocidas (zanahoria, calabaza), así como cereales fortificados con hierro. Es importante introducir un alimento nuevo cada vez y esperar entre tres y cinco días antes de ofrecer otro, para poder identificar posibles reacciones alérgicas.
La textura debe adaptarse progresivamente al desarrollo del bebé, comenzando con purés suaves y avanzando hacia alimentos más sólidos conforme mejore su capacidad de masticación. Durante esta etapa, la leche materna o de fórmula debe seguir siendo la principal fuente de nutrición, complementándose con los nuevos alimentos hasta cumplir el primer año.
*Es importante remarcar que, antes de incluir nuevos alimentos a su dieta o a la de sus hijos, consulte con un médico especialista.
*Por Alejandra López Plazas