El diputado Federico Lencina desempeña con elogiable celo el cargo de presidente de la franquicia catamarqueña de La Libertad Avanza. Le preocupa particularmente dejar en claro ante la opinión pública que el partido cuya conducción le ha sido encomendada no está contaminado por ninguna divergencia intestina, unanimidad meritoria que se ha conseguido erradicando cualquier insinuación de debate interno.
Tanto empeño aplicado a conservar la pureza ideológica lo conduce a una interpretación excesivamente literal de cualquier comentario sobre la evolución de la alianza que consiguió dejar en tercer lugar al radicalismo y sus socios en las elecciones de 2023. El exitoso acuerdo, sellado cuando La Libertad Avanza aún no existía como partido, se rompió a poco de asumir los diputados que obtuvo, por diferencias varias, entre las que se destaca la administración de los fondos de campaña. Sin embargo, que Karina Milei y el menemismo residual hayan entregado el control formal del sello al grupo que integra Lencina no implica inmediatamente la desaparición del resto de los libertarios.
El espacio libertario está fracturado y en octubre se dirimen los posicionamientos en el campo opositor catamarqueño. El espacio libertario está fracturado y en octubre se dirimen los posicionamientos en el campo opositor catamarqueño.
Ahí está, para no irse muy lejos, el ex candidato a gobernador José Jalil Colomé, adherente de Javier Milei que no es afiliado a La Libertad Avanza. O el empresario Javier Galán, también seguidor del profeta de la Casa Rosada aunque a Lencina no le guste. Fernando Baigorrí, diputado elegido en la misma lista de Lencina, es otro cantar porque se referencia en la vicepresidenta Victoria Villarruel, de modo que abreva en la herejía «villarruelista». Ocurre que hay un cisma y no hay modo más eficaz de abordarlo que llamándolo por su nombre: cisma libertario. Mal que le pese a Lencina, se trata de una interna entre quienes participaron de la alianza electoral de 2023, que era libertaria.
El último posteo del legislador sobre tan apasionante tema dice: “Cómo insisten a toda costa con ‘Interna Libertaria’ o ‘Fuerte interna en LLA’ como la vez anterior. Ya es demasiado obvia la intención de instalar algo que no existe, quizás al oficialismo local le interese dividir y confundir. ‘Internas’ se dan dentro de los partidos y como ya mencioné en otras ocasiones, acá en LLA no hay ninguna. Tampoco es ‘Interna Libertaria’ ya que los que representan al MID no son libertarios, ellos mismos lo dicen, son desarrollistas ‘frentistas’ (cualquier colectivo los deja bien y ha quedado bien demostrado que solo les interesa el cargo y no la coherencia ideológica)”.
La libertad está por verse, pero es indiscutible que la literalidad avanza. El diputado Lencina extrapola conspiraciones absurdas de la mera descripción de los hechos. El espacio libertario que se ubicó segundo en las elecciones de 2023 (tercero, si se contabiliza el voto en blanco) está fragmentado. Habrá libertarios de karimenemistas, libertarios “blue” y villarruelistas, pero en cualquier caso se asiste en Catamarca a la atomización del sector denominado libertario.
Es obvio para cualquiera que el término “interna” no se usa en el sentido de las leyes electorales, sino para hacer referencia a las disputas entre miembros de un mismo grupo. Pero los pruritos semánticos del presidente de La Literalidad Avanza no obedecen a su incompetencia para la compresión de textos, sino a una apuesta muy clara del “karimenemismo” local de cara al compromiso de octubre: que el sello La Libertad Avanza traccione del mismo modo que la figura de Javier Milei en 2023 para sostener su consistencia electoral.
Esto, porque excomulgados como Jalil Colomé, Galán y Baigorrí podrían aliarse con otros náufragos del tsunami Milei para armar una oferta opositora que les compita. El “karimenemismo” catamarqueño tiene ante sí el desafío de afianzarse como articulador de una alternativa al Gobierno. Se entiende que se aferre a la exclusividad de la simbología violeta para tratar de atenuar con olas nacionales los eventuales perjuicios de sus purgas locales.