Evangelina Anderson volvió a mostrar rincones de su casa en Marbella y dejó a todos con la boca abierta. Publicó fotos desde el parque, con la pileta de fondo, mientras Demichelis se tiraba al agua con los chicos. Escribió “Mi casa” junto a la ubicación y sumó: “26 grados y sol pleno”.
Desde la terraza, mostró parte del jardín y las vistas abiertas. Subió una imagen con mate y un libro y escribió: “Antes de que se levanten todos… mate, lectura y paz”. Todo estaba en silencio, con las reposeras vacías y la luz entrando por los ventanales.
Después compartió un video desde el sillón blanco que tiene en la galería. Estiró las piernas, enfocó la pileta y se notó el césped perfecto y el cielo completamente celeste. “Siempre igual, antes de que arranque la locura”, comentó, dejando en claro que esos momentos de calma son los que más valora.
Cada detalle mostró que Evangelina cuida todo: los espacios, la decoración y el clima familiar. Aparecieron las chicas jugando cerca del agua y hasta un peluche olvidado en una mesa. Ella dejó ver que el lujo no está reñido con la calidez. “Mi lugar en el mundo”, repitió.
Hace un tiempo, cuando le preguntaron por sus mudanzas, Evangelina explicó: “Mi casa, en donde tengo todo, está en Marbella. Y como todos saben, la vida de un entrenador de fútbol consta en vivir en donde nos lleve su profesión”. Así resumió su rutina entre vuelos y reencuentros.
Mientras el futuro de Martín se define, ella se divide entre España y Argentina. Hace poco viajó a Buenos Aires para ver a Bastian, su hijo mayor. “Me sorprendió con su primer tatuaje”, contó con orgullo. Pero en sus historias, la mansión de Marbella siempre vuelve a aparecer.