Las autoridades de la ciudad de Nanjing, China, confirmaron la detención de Jiao Moumou, un ciudadano de 38 años acusado de grabar y difundir material pornográfico sin consentimiento, haciéndose pasar por una mujer bajo el nombre falso de “Sister Hong”. El caso generó una fuerte reacción pública tanto dentro como fuera del país asiático, evidenciando un fenómeno de perversión sexual y manipulación con el uso de redes sociales.
Bajo esta identidad ficticia, Moumou citaba a hombres en un mismo departamento, donde registraba los encuentros íntimos sin autorización y luego distribuía los videos a través de Douyin y otras plataformas. El individuo, que se presentaba con peluca, maquillaje excesivo y vestimenta femenina, engañó a decenas de víctimas que no sabían que estaban siendo filmadas.
Algunas de estas grabaciones expusieron a ciudadanos comunes, como estudiantes universitarios, empleados de oficina y entrenadores físicos, afectando gravemente su privacidad e incluso sus relaciones familiares.
| La Derecha Diario
La colocación de cámaras ocultas en el departamento de Jiao Moumou para registrar encuentros sexuales sin consentimiento constituye una violación directa a la privacidad de las víctimas. Según la Ley de Protección de la Información Personal (PIPL) de China, en vigor desde noviembre de 2021, el tratamiento de datos personales —como imágenes o grabaciones— requiere el consentimiento explícito del individuo involucrado (artículo 31).
Al no contar con dicha autorización, las filmaciones realizadas representan una infracción evidente a la normativa vigente en materia de privacidad y protección de datos.
El hecho fue inicialmente difundido por medios de Hong Kong y Tailandia, y viralizado luego a través de la red social X (ex Twitter), donde se llegó a afirmar que el número de víctimas ascendía a 1600. No obstante, la Oficina de Seguridad Pública de Nanjing informó el 7 de junio que el número real es de 237 personas.
La mayoría de los implicados ignoraba por completo la naturaleza del montaje y la utilización de sus imágenes con fines de entretenimiento sexual y viralización digital.
Uno de los denunciantes, un influencer del ámbito fitness, relató: “Llamé a la policía, mi vida es un desastre y estoy listo para irme de Nanjing y mudarme a otra ciudad”. Su testimonio fue clave para activar la investigación y detener al responsable.
En redes como Weibo, los videos ya acumularon más de 200 millones de visualizaciones, acompañados de una oleada de memes, contenidos satíricos con inteligencia artificial e incluso campañas de marketing que utilizaron la imagen del personaje para comercializar productos.
Las autoridades continúan con la investigación sobre el alcance real de las grabaciones, mientras se multiplican las voces que piden penas más duras contra delitos sexuales encubiertos bajo prácticas de “autopercibidos” o suplantaciones.
Moumou permanece detenido y enfrenta cargos por distribución de pornografía y violación de la privacidad, mientras se analiza su responsabilidad penal bajo la legislación vigente.