El trabajo híbrido se consolidó en Argentina y está transformando la cultura laboral. Un estudio de WeWork y Michael Page reveló que el 78 % de los colaboradores prefiere combinar la presencialidad con el trabajo remoto, valorando la flexibilidad de horarios y lugares. Además, un 61 % considera que este esquema mejora su salud mental, lo que convierte al bienestar y la desconexión digital en claves para retener talento.
Las empresas que adoptan el modelo no solo invierten en tecnología colaborativa y rediseño de oficinas, sino también en capacitación en Inteligencia Artificial (IA) e Inteligencia Emocional (IE). Esta combinación potencia perfiles capaces de automatizar procesos, analizar datos y liderar con empatía, competencias muy demandadas en equipos distribuidos.
El desafío es garantizar la equidad entre quienes trabajan en remoto y quienes lo hacen de manera presencial, evitando la exclusión de oportunidades de desarrollo. Para ello, se requieren políticas claras, métricas por resultados y liderazgo entrenado en feedback.
La conclusión de los especialistas es que integrar flexibilidad, tecnología y bienestar emocional será decisivo para construir organizaciones sostenibles, innovadoras y atractivas para los trabajadores.