sábado, 30 de agosto de 2025 13:00
Leandro de Souza, conocido durante años como el hombre más tatuado de Brasil, cambió radicalmente su vida tras superar años de adicciones, vivir en la calle y pasar por prisión. Con más del 95% de su cuerpo cubierto de tinta, incluyendo cara y cabeza, De Souza decidió borrar sus tatuajes y dedicarse al evangelismo.
Era una atracción en los eventos a los que asistía y me sentía como un animal de circo, confesó Leandro, quien se hizo su primer tatuaje a los 13 años y acumuló más de 170 a lo largo de su vida. Tras un divorcio y un período de excesos que incluyó cocaína, éxtasis, LSD y alcohol, su vida tocó fondo hasta que encontró en la religión evangélica un camino para cambiar.
Hace dos años, mientras vivía en un albergue, comenzó a someterse a dolorosas sesiones de láser para eliminar los tatuajes de su rostro. Duele mucho, por más que le pongan anestesia, el dolor es horrible. Pero eso es parte del precio de las cosas que he hecho en el pasado, explicó.
Leandro compartió los resultados de su transformación en Instagram, mostrando un rostro casi irreconocible y expresando su gratitud todo se trata de Jesucristo. Hoy, además de recuperar su imagen, trabaja predicando en las calles de San Pablo, llevando su mensaje a iglesias y hogares de niños y padres en situación de vulnerabilidad.
Ahora siento que mi dignidad fué restaurada, afirmó. Leandro de Souza no solo transformó su apariencia, sino que también dejó atrás la vida de excesos y construyó un propósito basado en la fe y el servicio a los demás.