El fiscal del jury Guillermo Narváez resolvió no presentar acusación contra el fiscal de instrucción Nº5, Hugo Leandro Costilla, en el marco del proceso de enjuiciamiento por la llamada “Causa Wika”, donde se lo señalaba por presunto mal desempeño y un supuesto trato preferencial hacia el financista Adhemar Bacchiani en una disputa judicial vinculada al boliche homónimo.
Narváez, que había intentado apartarse del expediente aduciendo una amistad con Costilla, quedó obligado a continuar en el proceso luego de que el Tribunal de Enjuiciamiento rechazara su pedido de inhibición. Pese a estas objeciones, y al plazo límite que vencía en las primeras horas hábiles de hoy, el fiscal finalmente optó por desistir de la acusación, aunque los fundamentos de su decisión aún no fueron dados a conocer.
El trámite estuvo marcado por múltiples controversias. Antes de Narváez, el expediente había pasado por manos del fiscal Augusto Barros, quien fue apartado tras cuestionamientos, y luego por el fiscal Dalla Lasta, que también se inhibió. Narváez incluso llegó a promover un recurso de reposición para anular una vista previa realizada por Barros, pero el planteo fue rechazado.
El núcleo del cuestionamiento contra Costilla apuntaba a su actuación en el expediente que enfrentaba a Bacchiani con Cristian Guillou por la titularidad del inmueble donde funciona “Wika”. En ese marco, se lo acusaba de haber otorgado trato diferencial al entorno del financista.
La decisión de Narváez no implica un archivo definitivo: el proceso del jury continúa abierto y podría reactivarse en caso de presentarse nuevas pruebas o intervenciones de otros actores procesales. Sin embargo, el desistimiento reaviva el debate sobre la transparencia y la imparcialidad en los mecanismos de control judicial en Catamarca, donde las recusaciones e inhibiciones se han convertido en una constante que dilata la resolución de causas sensibles.