El histórico dirigente radical se adjudicó en parte la iniciativa de trasladar la administración pública fuera del microcentro. Recordó que, a fines de los años ’90, se enteró de que el Ejército Argentino había puesto en venta los espacios donde funcionaban los regimientos y decidió adquirir el de Catamarca para conformar lo que hoy es el Centro Administrativo del Poder Ejecutivo (CAPE). Según su visión, “allí comenzó el proceso” de transformación que desembocó en el actual CATA.
“Ellos (por el Ejército) estaban muy contentos de vendernos a nosotros porque en otros distritos los regimientos habían sido comprados para situaciones no muy elegantes. Al decirles que lo queríamos para la administración provincial, la operación fue bienvenida: ellos querían vender y nosotros comprar”, relató.
Castillo recordó que su gestión conformó una comisión ad hoc para avanzar con el proyecto y que el último acto de su gobierno fue inaugurar el CAPE. “Fue, diríamos, la antesala de este espacio (por CATA). Así que estoy muy contento de estar acá. Aquello inició este proceso”, señaló, aunque aclaró: “No me quiero hacer cargo de nada de esto, que realmente es una maravilla lo que han hecho”.
Finalmente, sostuvo que “tener una administración central en el corazón de la ciudad ya resulta vetusto” y destacó: “Lo que han hecho es transformar y es algo paradigmático. Con esta recuperación, le ponen un valor extraordinario a esta obra hermosa”.