Uno de los recursos predilectos de los libertarios para minimizar los episodios de corrupción que involucran a Javier Milei y su entorno, es comparar los casos propios con los protagonizados por figuras del kirchnerismo.
La degradante confirmación de las relaciones entre José Luis Espert con el reo de narcotráfico Federico “Fred” Machado generó, obviamente, reacciones similares, aderezadas con la fantástica calificación de la renuncia de Espert a su candidatura de diputado nacional bonaerense como un gesto heroico y el recuerdo de que el peronismo se opuso a la ley de “Ficha Limpia”.
Las sospechas de corrupción afectan con más intensidad a La Libertad Avanza, que venía a depurar la política Las sospechas de corrupción afectan con más intensidad a La Libertad Avanza, que venía a depurar la política
El candidato a diputado nacional libertario Adrián Brizuela, único referente del sector aparte del propio Milei que respaldó a Espert, replicó en su muro de Facebook un párrafo atribuido a Ricardo Manuel Rojas, sin aclarar si se trata del exsecretario letrado de la Corte Suprema de Justicia y exjuez en lo criminal de CABA: “Es muy curioso el peronismo. Se negó a aprobar la ley de «ficha limpia» para que las personas con condenas confirmadas por delitos de corrupción no puedan ser candidatos, y usa los cargos legislativos como escudos para evitar ir a la cárcel. Pero al mismo tiempo impulsó el apartamiento de un candidato de otro partido que no tiene siquiera una causa en trámite, por haber tenido una vinculación hace seis años con alguien que en ese momento ni siquiera era asociado al narcotráfico”.
Debajo, una imagen con la larga lista de kirchneristas procesados y condenados por la Justicia, encabezada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y la palabra “Memoria”. Son 27.
En lo que concierne a Espert, el posteo quedó desactualizado.
El fiscal federal de San Isidro Federico Domínguez decidió impulsar la investigación en su contra por presunto lavado de dinero, en el contexto de un frente judicial complejo para el legislador con ramificaciones en los Estados Unidos, a donde será extraditado por fin “Fred” Machado. En la casa del empresario, los pesquisas encontraron la copia de un contrato de U$S 1.000.000 a favor de Espert que el infortunado excandidato había olvidado. Tipo próspero, no acordarse de un contrato por un millón de dólares, por más que sea de 2019.
Más allá de la lógica defectuosa de este método que intentar expiar las miserias propias con las del prójimo, habitual en política, la contabilidad propuesta adolece de un problema más grave: compara los desfalcos y contravenciones de cuatro gestiones presidenciales completas, que suman 16 años, con los de una que no llega todavía a los dos años.
Teniendo en cuenta los plazos que se da la Justicia argentina y su por lo general complaciente actitud ante el poder político, sería extraño que hubiera procesados libertarios en tan corto lapso. Sin embargo, en un conteo superficial, las sospechas que se ciernen sobre la gestión de Milei son bastantes: criptomoneda fraudulenta LIBRA, coimas en ANDIS y el primer caso de un diputado vinculado con el narcotráfico, sin meterse en otras minucias como la de los aviones con valijas misteriosas que la Aduana no controla.
Ha de convenirse que no es mal récord para 21 meses de gestión, más aún tratándose de un Gobierno que venía a depurar la política de malandras.
Tal vez sería más adecuado relacionar el tanteador con los cronogramas gubernamentales e incluir también a Mauricio Macri, para ser más parejos.
Se descubriría quizás que, entre las excepcionalidades libertarias, está la de haber apilado más escandaletes que cualquier otro gobierno en menos de dos años de trayectoria, cosa que puede deberse a las insidiosas “operetas”, los frívolos “chimentos de peluquería”, la inexperiencia o la candidez, pero también a la mera falta de honestidad.
A los castos suele resultarles más arduo explicar su presencia en el burdel.