martes, 21 de octubre de 2025 12:00
El cantante Elián Valenzuela, conocido popularmente como L-Gante, se encuentra nuevamente en el centro de una polémica legal, sumando otro capítulo a su extenso historial de conflictos. La Justicia bonaerense inició actuaciones en su contra tras un confuso episodio que ocurrió luego de un show.
El incidente tuvo lugar el pasado fin de semana en la localidad de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires, donde el artista se había presentado en el marco del aniversario del tren local, ante una multitud de cerca de nueve mil personas. El recital, si bien transcurrió sin mayores problemas, tuvo un polémico desenlace.
Según trascendió en los medios, los inconvenientes con las fuerzas de seguridad se desataron al momento de la retirada del artista del predio. L-Gante se dirigía en su vehículo de alta gama, escoltado por personal policial para facilitar su salida de la ciudad.
En un momento de la trayectoria, la camioneta se detuvo y, en una maniobra inesperada, el cantante descendió rápidamente. Acto seguido, se subió a una moto policial que se encontraba cerca, una Rouser, y la condujo a alta velocidad por unos metros antes de retornar.
El accionar del artista generó un gran desconcierto entre los agentes y el público que aún se encontraba en la zona. El reporte policial señala que el músico «circuló a alta velocidad y protagonizó una maniobra con una moto policial» antes de regresar al rodado y fugarse.
El oficial que estaba a cargo del vehículo, el Inspector Walter Andrés Giacone, fue quien sufrió la sustracción momentánea. El parte oficial describe que el músico huyó rápidamente del lugar en su vehículo particular en dirección a la Ruta 205.
Como consecuencia de este hecho, la Ayudantía Fiscal de Roque Pérez, a cargo de Luciano Di Grasia, tomó cartas en el asunto e inició actuaciones judiciales contra Elián Valenzuela. La carátula del expediente es por «hurto en grado de tentativa».
Hasta el momento, ni el cantante ni sus representantes han emitido declaraciones oficiales sobre lo ocurrido, limitándose a un breve comentario que minimizó la gravedad de la acusación. La polémica, sin embargo, ya ha escalado a nivel mediático y judicial.