Los resultados electorales restauraron las expectativas sobre la gestión de Javier Milei que se habían desplomado en los meses previos, con más celeridad a partir de la derrota de la formación libertaria en las provinciales bonaerenses de septiembre.
Donald Trump se encargó de recordar hace unas horas el papel que jugó para el sorprendente éxito de La Libertad Avanza. “Apoyé a Milei en la Argentina. Él estaba perdiendo la elección, lo respaldé y ganó de manera aplastante”, dijo.
Es probable que ese respaldo, determinante en el compromiso electoral, opere también en la regeneración de la confianza en Milei, sensación que se afianza en la opinión pública, además, por la acefalía y la fragmentación opositora.
Tal situación, que las encuestas corroboran, explica la renuencia de los esquemas de poder provinciales a entrar en conflicto con el líder libertario: la capacidad de generar expectativas es un insumo político de primer orden, confrontar con quien la tiene implica contradecir al electorado.
El oficialismo catamarqueño busca neutralizar en la provincia las expectativas políticas que logró recuperar Milei El oficialismo catamarqueño busca neutralizar en la provincia las expectativas políticas que logró recuperar Milei
El dinamismo de la actividad política es en estos tiempos mucho más intenso y veloz, las preferencias de la sociedad pueden cambiar con pasmosa rapidez, como el desarrollo del propio proceso electoral lo ha demostrado, pero hoy por hoy no aparecen figuras con un poder movilizador similar al que tiene el Presidente.
En ese marco se entiende el apoyo de la senadora nacional Lucía Corpacci y el intendente capitalino Gustavo Saadi la decisión del gobernador Raúl Jalil de conformar en la Cámara de Diputados de la Nación el bloque “Elijo Catamarca”, con Fernando Monguillot, Sebastián Nóblega y Fernanda Ávila. Incluso Claudia Palladino, electa junto con Monguillot, que priorizó su identidad kirchnerista y prefirió quedarse en el bloque de Unión por la Patria, describió la escisión de sus tres compañeros como una estrategia de “gobernanza”.
La plana mayor del peronismo catamarqueño comprende que no son momentos oportunos para extremar disputas con Milei, porque hacerlo pondría en riesgo todo el andamiaje oficialista no sólo en lo que se refiere a los recursos que puedan obtenerse para continuar con una gestión caracterizada, al revés de lo que postula el dogma libertario, por la intervención del Estado y la inversión pública.
Uno de los elementos que sostienen la competitividad del peronismo provincial es precisamente su solvencia para proyectar expectativas hacia el futuro. Como ocurrió con el enroque entre Corpacci y Jalil en 2019, la candidatura a la Gobernación de Gustavo Saadi para 2027 funciona como aglutinante de las diferentes facciones que integran el oficialismo, independientemente de sus predilecciones nacionales.
La opinión del electorado orienta la conducta de los políticos. En el caso de Catamarca, la decisión de desmarcarse del kirchnerismo metropolitano y robustecer la identidad provinciana obedece a esto, del mismo modo que la de abrir canales institucionales para aceitar tratativas con la Casa Rosada libertaria.
Aparte, provincializar el litigio político estrecha los márgenes para que La Libertad Avanza catamarqueña capitalice el buen momento en la consideración pública que atraviesa su líder, cosa que los jefes los jefes peronistas locales consideran de importancia central a la luz de los cambios que las elecciones mostraron en el campo de la oposición.
Más allá del rotundo triunfo peronista, los libertarios lograron polarizar, se posicionaron nuevas figuras y otras que tenían fuerte protagonismo quedaron muy melladas por las derrotas. Las urnas establecieron jerarquías nítidas para avanzar la articulación de una coalición antagónica al oficialismo más amplia, bajo el paraguas de Milei. n
