domingo, 28 de diciembre de 2025 19:00
Antes de que sonaran los cubiertos y comenzara el ritual de cada sábado, Mirtha Legrand decidió cambiar el clima de La noche de Mirtha con un mensaje directo, solemne y cargado de significado. La conductora abrió su programa con un pedido público de disculpas dirigido a Alejandro Fantino, en un gesto que no pasó inadvertido y que marcó un antes y un después en un conflicto que llevaba años latente.
Con voz firme y sin rodeos, la Chiqui fue clara desde el primer segundo: “Quiero aprovechar este fin de año para pedir disculpas en mi nombre y en el de la producción, al señor Alejandro Fantino y su familia, que se sintieron agraviados en su honor por un hecho que tuvo lugar hace años en este programa”, expresó.
Lejos de esquivar responsabilidades, Mirtha profundizó su postura y buscó cerrar el capítulo con elegancia. “Espero que este gesto contribuya a dejar atrás este episodio. Un feliz año y, una vez más, pido disculpas por el comentario que hice, fue fuera de lugar”, remarcó, asumiendo el error frente a millones de televidentes.
El conflicto comenzó en marzo de 2018, cuando Natacha Jaitt se sentó en la mesa más famosa del país y lanzó graves acusaciones vinculadas a corrupción de menores en el marco de la causa Independiente. Si bien nunca mencionó a Fantino de manera explícita, las referencias dejaron interpretaciones abiertas que terminaron impactando de lleno en su imagen pública.
A partir de ese episodio, el periodista decidió avanzar por la vía legal. Con el asesoramiento de su abogado Agustín Rodríguez, inició un juicio civil y comercial contra Legrand, Nacho Viale y la producción del programa, proceso que se extendió durante años y que habría encontrado su punto final con este pedido de disculpas públicas.
En su momento, el propio Alejandro había hablado del tema en LAM y dejó en claro que su reclamo no tenía un fin económico. “La plata no me la pienso quedar”, dijo entonces, y agregó: “No sé si irá al hogar de ancianos de mi pueblo, no sé cuánto va a durar tampoco; tal vez años”.
El gesto de Mirtha no sólo apunta a cerrar una causa judicial, sino también a cuidar su legado. A lo largo de décadas, la diva construyó una imagen basada en la frontalidad, pero también en la capacidad de corregir cuando siente que se equivocó.
