InicioSociedadLa voz que bajó del púlpito para caminar con el pueblo

La voz que bajó del púlpito para caminar con el pueblo

lunes, 9 de junio de 2025 00:53

En esta edición Marco Andrada, responsable de contenidos en UNCA TV, nos cuenta cómo surgió el microdocumental “El orador, El hombre”, una producción audiovisual pensada para mostrar una faceta poco difundida de Fray Mamerto Esquiú. Lejos del retrato escolar que lo reduce a una estampita, esta pieza busca recuperar al Esquiú humano, político, pensador y comprometido con las causas sociales y jurídicas del país. En un diálogo cargado de datos curiosos, referencias históricas y mucha pasión por la identidad catamarqueña, nuestro entrevistado nos invita a mirar con otros ojos a una de las figuras más influyentes de la historia provincial y nacional.

PV: ¿Cómo nació la idea del documental?

Marco: La idea surge dentro del ciclo Identidad Catamarqueña: explorando sus huellas, que impulsamos desde el Centro de Medios Universitarios, bajo la órbita de la Secretaría de Extensión Universitaria. Ya veníamos trabajando con reestrenos y producciones sobre distintos momentos clave de nuestra historia: la autonomía de Catamarca, los catamarqueños en la campaña libertadora de San Martín, Felipe Varela… y ahí surgió la necesidad: teníamos que sumar a Fray Mamerto Esquiú. Lo hablamos con el Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades, con quienes venimos desarrollando estas producciones. Con ellos acordamos una serie de microdocumentales sobre figuras claves de la historia local, asesorados por docentes. Para el caso de Esquiú, contamos con el acompañamiento de Marcelo Gershani Oviedo y Mario Vera, quien también participó en la conducción del documental. Era clave hacerlo. Esquiú es un personaje con un peso enorme en nuestra historia, pero sorprendentemente no hay tanto material documental producido acá en Catamarca sobre él. Así que todo cerraba: el ciclo, los recursos, los saberes y, sobre todo, las ganas.

PV: ¿Qué mirada eligieron para narrar su figura?

Marco: Decidimos enfocarnos más en su faceta civil, política e intelectual. La idea era dejar de repetir ese relato escolar que te lo presenta solo como “el niño humilde, enfermizo, que llegó a ser fraile”. Queríamos mostrar a Esquiú como lo que también fue: un gran pensador, un tipo con pluma filosa, muy comprometido, muy crítico.

Tuvo un rol clave en la consolidación del sistema constitucional argentino, y sus sermones  como el famoso Sermón de la Constitución fueron reproducidos en todo el país y valorados por figuras importantes de la época. Esquiú no era solo un religioso: fue propuesto para arzobispo de Buenos Aires y de Córdoba (aunque rechazó ambos cargos antes de aceptar el último por pedido del Papa). Escribía en el diario El Ambato, donde se expresaba con ironía, profundidad y claridad. Mucha gente no sabe que era muy agudo, incluso sarcástico, y con una fuerte visión política. Por eso usamos muchas de sus citas textuales. Su palabra tenía peso, no solo espiritual sino político y ético.

PV: ¿Cómo fue el proceso de producción y documentación?

Marco: El guión lo fuimos armando entre el equipo de UNCA TV y los asesores históricos. Nosotros propusimos el esqueleto narrativo y el estilo, y ellos los historiadores le dieron contenido y rigor. Participaron también escuelas primarias, secundarias y estudiantes universitarios, algo que nos pareció clave para que el producto se sienta vivo, cercano. Trabajamos con documentación muy valiosa. La hemeroteca nos prestó ejemplares del diario El Ambato, donde publicaba Esquiú. También usamos cartas, artículos de revistas culturales locales, como las que publicaba el Departamento de Historia de la UNCA en los años ‘60 y ‘70, que son joyitas poco conocidas.

PV: ¿Dónde se filmó?

Marco:  Las locaciones también dicen mucho. Grabamos en la Manzana Franciscana, en la celda y convento donde vivió Esquiú, en su casa natal, en varios puntos de Piedra Blanca (incluyendo la iglesia donde hoy está el histórico púlpito desde donde dio el Sermón de la Constitución), en la Biblioteca de la Facultad de Humanidades, y más.

También acompañaron la escuela primaria de Piedra Blanca, la Escuela Quintana y estudiantes del profesorado de Historia. Y en cada lugar se sentía esa conexión entre pasado y presente.

PV: ¿Cuál es el mensaje o intención principal del documental?

Marco: Lo dijimos desde el principio: queremos sacar a Esquiú de la estampita. Mostrarlo como un hombre real, de carne y hueso, profundamente comprometido con causas sociales, políticas y espirituales. Fue un defensor de la Constitución como instrumento de unión y de paz. Luchó por eliminar los castigos corporales en las escuelas, por la libertad de culto (incluso a contramano de su entorno), y denunció el uso abusivo de la pauta oficial en los medios. Fue un formador, un legislador, un educador y un hombre de acción. No se encerró en un templo. Era itinerante, salía, escuchaba, ayudaba. Eso también es clave. Si logramos que alguien lo vea de otra forma, que despierte curiosidad o discusión, el objetivo está cumplido.

PV: ¿Dónde lo podemos encontrar?

Marco: Está disponible en YouTube. Busquen UNCA TV “el orador, el hombre”. Es un microdocumental de 20 minutos, ideal para usar en escuelas, charlas, o simplemente para repensar a este personaje clave desde una nueva mirada. Fue filmado con mucho criterio estético y con el respeto que merece su figura, pero sin solemnidades vacías. Queríamos que se entienda, que llegue, que emocione. Y ojalá que quienes lo vean nos cuenten qué les pareció. Quiero agregar algo importante: Fray Mamerto Esquiú también fue director o quizás rector, eso lo tenemos que chequear bien del Colegio San Francisco, conocido como la Quintana. En ese rol, impulsó muchas reformas educativas positivas. Fue un gran docente y un verdadero formador. Tampoco quiero dejar afuera que Esquiú nunca se olvidó de los más humildes. Incluso cuando fue Obispo de Córdoba, se mantuvo siempre presente, activo, cerca de la gente. No era alguien que se quedara encerrado en un templo. Al contrario, recorría barrios, escuchaba a las personas, llevaba donaciones, ayudaba donde podía. Era un tipo muy itinerante, muy comprometido con su comunidad. Eso también es parte de su legado, y me parece clave recordarlo.

Reflexión

Redescubrir a Esquiú desde su humanidad, sus ideas y su compromiso social es también una forma de revisar nuestra propia historia con más honestidad y profundidad. Se trata de entender que los grandes personajes no son inalcanzables ni perfectos, sino personas reales, complejas, que pensaron, sintieron y actuaron con el deseo de transformar el mundo que les tocó. Mirar a Esquiú con otros ojos es una invitación a mirar con más atención el presente y preguntarnos por nuestra propia voz en la historia.

Más noticias
Noticias Relacionadas