sábado, 28 de junio de 2025 20:40
Un escándalo sacude por estos días a la comunidad de Lonquimay, localidad pampeana de unos dos mil habitantes ubicada a la vera de la Ruta 5. El oficial inspector de la Policía de La Pampa, Cristian Martín Galván, se encuentra bajo escrutinio público y judicial tras revelarse que utilizó a varios presos de la dependencia policial a su mando como asadores y mozos en su casamiento.
El insólito hecho, ocurrido en mayo del año pasado, llevó a Galván a juicio, el cual concluyó el viernes último en el Centro Judicial de Santa Rosa, capital de la provincia. Además, se le inició un sumario interno cuya tramitación está en curso.
Según se desprende del proceso judicial, Galván, en su rol de jefe de la subcomisaría de Lonquimay, organizó su fiesta de casamiento en el salón «Véneto», ubicado a una cuadra de la dependencia a su cargo. Seis de los detenidos bajo su custodia caminaron sin supervisión ni custodia hasta el lugar para oficiar como asadores y mozos, sirviendo a los invitados de la fiesta.
El fiscal general Guillermo Sancho detalló que el oficial de policía se casó el 31 de mayo y utilizó a los detenidos como parte del servicio de catering de su celebración, tras lo cual los presos regresaron por sus propios medios a las celdas de la subcomisaría. Sancho calificó el hecho como un «claro incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que los detenidos fueron liberados sin autorización». Afortunadamente, ninguno de los presos se fugó, y según el fiscal, los detenidos «no cometieron delito alguno: cumplieron una orden, salieron caminando y regresaron de igual modo”.
El debate judicial se inició el miércoles y concluyó este viernes, con la declaración de varios testigos ofrecidos por la fiscalía, incluyendo a otros policías y a los mismos detenidos, quienes relataron lo sucedido. Por su parte, la defensa presentó a varios familiares del funcionario policial acusado para dar sus testimonios.
También usaba los servicios de un estudiante de veterinaria detenido
Durante el desarrollo del juicio, uno de los testigos presentados por la Fiscalía, también detenido en la subcomisaría comandada por Galván, dijo ser estudiante de veterinaria que también prestó servicios gratuitos al oficial inspector pampeano.
Declaró bajo juramento que atendía la mascota a Galván, un perro, y hasta el caballo que el jefe de la subcomisaría usaba para desfilar en los actos cívicos y gauchescos de la localidad ubicada cerca del límite con la provincia de Buenos Aires.