lunes, 30 de junio de 2025 13:05
Para San Lorenzo de Alem el título 28 de su historia, el que conquistó éste domingo 29 de junio seguramente tiene un sabor especial y será recordado por algunas cuestiones que lo hacen especial.
Sin dudas que haberse consagrado frente a su clásico rival como Villa Cubas lo hace diferente, si bien no fue una final entre ambos, la última fecha los puso frente a frente, con un San Lorenzo obligado a ganar para ser campeón sin depender de nadie y ante un Villa Cubas que estaba clasificado al Petit pero buscaba amargarle la tarde al «Santo» y evitar que lo que finalmente se dió, que el equipo de Los Ejidos, diera la vuelta olímpica frente suyo.
Pero hay otra cuestión que merece ser destacada en esta consagración de San Lorenzo y es el sentido de pertenencia que tuvo el equipo y que se vio reflejado a lo largo del campeonato, ésta vez San Lorenzo apostó por lo suyo, no trajo refuerzos foráneos como lo venía haciendo en las últimas temporadas, tampoco tuvo a un director técnico de renombre y con experiencia, San Lorenzo metió mano entre sus propias pertenencias y ahí encontró solución y una gran satisfacción.
Un equipo conformado en su mayoría por jugadores surgidos del club, algunos con experiencia y que fueron el puntal para el resto, cómo Leonardo Rojas y Matías Solohaga, dos de los últimos emblemas del club, o como los hermanos Pedro y Pablo Quiroga, que regresaron para dar una mano y fueron clave, al igual que el arquero Franco Córdoba y Federico Alamo Martínez que cuando pudo estar estuvo al pie del cañón. Y después estuvieron los que hasta no hace mucho alentaban desde la tribuna y llevaron a la cancha ese sentido de pertenencia y amor por la camiseta y ahí están los Matías Ontivero, Thomás Ponce, Aurin Agüero cómo líderes esta nueva camada que representan la renovación y el futuro del «Ocotero».
Además los que llegaron para «reforzar» cómo Cristian Nieva, Sergio Carrizo y Maximiliano Córdoba dejaron todo y también fueron reconocidos por los hinchas.
Párrafo aparte para el profe Pedro Moya, que a poco de iniciar el torneo y ante la incertidumbre que reinaba en el club por cuestiones dirigenciales se hizo cargo de la dirección técnica y en su primera experiencia le dio un sello distintivo al equipo y demostró que merece continuidad.
El hincha entendió de entrada que en San Lorenzo se venían tiempos de cambio y acompañó al equipo, a los «jugadores del club y del barrio» y por eso este nuevo título tiene un sabor especial, se lo logró con mucho amor por los colores.
Tal vez para muchos haya sido una sorpresa el campeonato de San Lorenzo, porque fue el último en comenzar a entrenar, dos semanas antes del inicio del torneo no contaba con muchos jugadores y ahí fue dónde apareció ese sentido de pertenencia para sacar adelante la situación con ese sacrificio que al final tuvo su recompensa.