Mucha repercusión negativa ha merecido la motosierra aplicada en el último tiempo por el gobierno a organismos del Estado de larga tradición en la Argentina como Vialidad Nacional, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) o el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Menos ha tenido la decisión oficial de disolver la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), de menor recorrido en la historia nacional, que sin embargo ha cumplido un rol muy importante desde su creación por ley en el 2008.
La disolución de la ANSV no implica ahorro alguno para el Estado, porque tenía autarquía económica a partir de su financiamiento, que provenía de un aporte del 1% sobre las primas de seguros automotores correspondientes a las pólizas contratadas con entidades de seguros. Su objetivo, según la Ley 26363, era reducir la tasa de siniestralidad en el territorio nacional mediante la promoción, coordinación, control y seguimiento de las políticas de seguridad vial, nacionales e internacionales.
La creación de la Agencia permitió centralizar la normativa vial en todo el país y también las estadísticas a nivel nacional. Además, se encargó de establecer controles en las rutas y realizar auditorías que determinaran los tramos de rutas que requerían de trabajos urgentes de reparación. Hasta ese momento, no había ningún organismo que se encargase de estas responsabilidades.
La disolución de la Agencia Nacional de Seguridad Vial dispuesta por el Gobierno incrementa notablemente el riesgo de un retroceso en la materia. La disolución de la Agencia Nacional de Seguridad Vial dispuesta por el Gobierno incrementa notablemente el riesgo de un retroceso en la materia.
Las estadísticas avalan el importante papel cumplido por la ANSV en sus 17 años de vida: entre 2008 y 2024, último año completo para el registro estadístico, bajó un 28% la cantidad de víctimas fatales en accidente de tránsito. Además, en los primeros 4 años, la agencia cumplió con la meta de reducir un 50% las muertes y/o los traumatismos causados por el tránsito.
La importante labor tiene reconocimiento internacional. El plan de seguridad de la ANSV fue distinguido por el Banco Mundial y recibió el Premio Príncipe Michael de Kent a la Seguridad Vial, una distinción internacional sobre la materia. “La ANSV –argumentó el Banco Mundial- fue capaz de asegurar una coordinación multijurisdiccional y multisectorial a nivel federal, allanando el camino para la puesta en marcha de otros componentes del proyecto, como la vigilancia policial de factores de riesgo claves (exceso de velocidad y uso del cinturón) y una mejor infraestructura (rotondas, zonas escolares, intersecciones señalizadas y señalización vial)”.
Si bien el decreto de disolución de la Agencia señala que sus funciones serán asumidas por la Secretaría de Transporte de la Nación, hay coincidencia generalizada entre los especialistas respecto de que será imposible suplir la complejidad y la eficiencia de la labor que tenía el organismo autárquico hasta ahora. De modo que la nueva norma, al forzar el repliegue del Estado en una problemática tan sensible, incrementa notablemente el riesgo de un retroceso en materia de seguridad vial que se termina pagando en vidas humanas.