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Editorial
En un informe con datos correspondientes al mes de mayo, el Banco Central de la República Argentina corroboró una tendencia preocupante que viene manifestándose desde hace meses: el aumento del nivel de morosidad en el pago de saldos bancarios, tanto a nivel empresas como familias. Según el trabajo, el nivel de irregularidad del crédito en el sector privado ascendió a 2,6% en el mes mencionado, lo que significa un aumento de 0,4 puntos en relación con abril. Según la entidad monetaria, la mora en el crédito destinado a hogares subió un escalón, pues llegó al 4,5%, creciendo al 4,9% en las líneas vinculadas con el consumo, esto es, préstamos personales y tarjetas de crédito. En lo que respecta al financiamiento de las empresas, la morosidad llegó al 1%.
El incumplimiento de las obligaciones de pago en los plazos acordados pone de manifiesto el deterioro del poder adquisitivo de las familias, que recurren al crédito para poder solventar gastos en algunos casos de primera necesidad, y luego no pueden afrontar los compromisos asumidos. En menor medida, las empresas también caen en incumplimientos como consecuencia de caída en los ingresos de las ventas de productos y servicios y el incremento de los costos.
El creciente endeudamiento podría ser evidencia de una expansión de la economía, pero el aumento también de la morosidad indica claramente otra cosa. El creciente endeudamiento podría ser evidencia de una expansión de la economía, pero el aumento también de la morosidad indica claramente otra cosa.
El stock de deuda bancaria asciende en la actualidad a $22,8 billones, con un promedio de $4.660.549 por hogar endeudado, equivalentes a 2,78 salarios promedio del sector registrado (RIPTE). En 2023, el promedio era de apenas $377.664, o 1,43 salarios promedio. La deuda bancaria incluye préstamos personales, tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios, prendarios y adelantos bancarios, reflejando un uso más intensivo del crédito por parte de los hogares.
También, según las estadísticas oficiales, se incrementó el porcentaje de cheques rechazados: 1,39% en cantidades y 1,24% en montos reales durante mayo. Esto supuso un aumento de 0,1 puntos en cantidades y 0,4 puntos en montos reales respecto a abril. En la comparación interanual, los incrementos en estos ratios fueron de 0,83 puntos en cantidades y 0,76 puntos en montos. El riesgo es que, si continúa la tendencia, se produzca un corte en la cadena de pagos, lo que produce un efecto cascada de incumplimientos e interrupción del flujo de dinero, agravando exponencialmente la crisis.
El diputado nacional Daniel Arroyo, que fuera ministro de Desarrollo Social de la Nación, juzgó que el creciente endeudamiento genera “un fenómeno de implosión social” generado por “el endeudamiento de las familias” y porque “el Estado se fue” y cada uno “se arregla como puede”. El creciente endeudamiento de familias y empresas podría ser evidencia de una expansión de la economía, pero el aumento también de la morosidad indica claramente otra cosa. Revertir la tendencia exige un incremento del poder adquisitivo de los salarios y de un crecimiento sustentable de la economía, sobre todo del mercado interno, que es el que dinamiza la actividad en general, propiciando además la creación de empleo de mejor calidad.