La Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que propone un cambio del huso horario en Argentina. Si la iniciativa prospera en el Senado, a partir del 1° de abril de 2026 habrá que atrasar el reloj una hora y, en septiembre, volver a adelantarlo.
El proyecto busca que las horas de actividad diaria coincidan mejor con la luz solar, con beneficios tanto en el ahorro energético como en el rendimiento escolar durante la mañana.
Opiniones de especialistas
El neurólogo Daniel Álvarez explicó: “Nuestro cerebro se guía por la luz del entorno. Vivir desfasados una hora genera impacto en el descanso y en el rendimiento. Con este cambio, lograríamos un reloj más real en función de la luz y oscuridad”.
Por su parte, Lucas Ponce, experto en energías renovables, indicó: “Históricamente se aplicaba el cambio de horario para ahorrar energía, pero la experiencia indica que no sería más productivo. El consumo que se ahorra por la mañana se compensa por la tarde y, en algunos casos, se supera”.
Pros del cambio de huso horario
- Mejora del ritmo circadiano: Daniel Álvarez, neurólogo y especialista en medicina del sueño, asegura que el desfase horario actual afecta el descanso y el rendimiento cognitivo.
- Optimización del aprendizaje: aprovechar más luz natural durante el día maximiza la función cognitiva, favorece la memoria y regula el metabolismo.
- Alineación con la franja geográfica correcta: según Ignacio López Amorín, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, el huso -4 coincide con Bolivia, Chile y el oeste de Brasil, lo que haría más coherentes los horarios de amanecer y atardecer.
- Mejor planificación escolar: el inicio de clases coincidiría con luz diurna, beneficiando la atención de estudiantes y docentes.
Contras y desafíos
- Ahorro energético cuestionado: Lucas Ponce, especialista en energías renovables, señala que el ahorro de electricidad en la mañana se compensa por la tarde, e incluso puede aumentar el consumo en horas pico.
- Adaptación inicial del cuerpo: durante la primera semana del cambio, algunas personas podrían sentir dificultades para dormir o despertar, aunque el efecto es temporal.
- Confusión regional: el cambio de horario puede generar desajustes en actividades económicas y sociales entre distintas provincias.
- Contraste con hábitos nocturnos: la vida activa por la noche no disminuye, por lo que los beneficios energéticos podrían ser limitados.