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«Nuevas caras y otra estética»: la CGT puso en marcha el proceso para definir su nueva conducción

Con un fuerte llamado a la unidad para surfear las dificultades del escenario socio-laboral y el vínculo con el gobierno de Javier Milei, pero con algunas ausencias notorias que opacaron la pretendida foto de unificación, los sectores mayoritarios de la CGT compartieron este miércoles un encuentro informal que reunió a más de 150 gremios y que sirvió para poner en marcha el proceso que culminará con la elección de una nueva conducción de la central el próximo 5 de noviembre.

La puesta en escena fue así el preámbulo de la cita del consejo directivo prevista para este jueves, en la que se oficializará la convocatoria a la elección de autoridades de la entidad, previo paso por un confederal que tendrá lugar el 18 de septiembre, diez días después de los comicios bonaerenses.

El asado que los principales jefes cegetistas compartieron este mediodía en el predio de textiles en Ezeiza apuntó a cerrar filas para sortear las diferencias internas y renovar el mensaje sobre la necesidad de garantizar la unidad sindical de cara a la segunda mitad de la administración libertaria. Sin embargo, el esfuerzo pareció desdibujado en parte por los faltazos llamativos de los gremios que responden al gastronómico Luis Barrionuevo y el grupo sindical más identificado con el kirchnerismo.

Justamente la cara de más visible de ese último sector, el jefe de la UOM, Abel Furlán, armó en paralelo un encuentro en la sede del PJ nacional con referentes de las seccionales cegetistas del interior en la pretensión de marcar distancia con la actual cúpula y de apuntalar su propia candidatura para conducir la central, una aspiración que hoy es resistida por los espacios mayoritarios de la entidad. «Se cortó solo organizando esa reunión insólita para su campaña y por eso no fue invitado», dijeron a este diario en medio del asado en Ezeiza, y destacaron la presencia allí de Antonio Caló, el ex titular del gremio metalúrgico y adversario interno de Furlán.

Los jefes de la CGT durante el encuentro en Ezeiza para organizar la elección de la nueva conducción.

Sorprendió más la ausencia de Barrionuevo y su tropa -entre ellos el triunviro Carlos Acuña- en el encuentro, un desplante que fue criticado por el resto de la dirigencia reunida en Ezeiza. «Siempre quiere estar sentado en la mesa como un director de orquesta, pero no aporta nada», lo chicaneó uno de los presentes, mientras que otro gremialista atribuyó el malestar del gastronómico a las diferencias con el resto de la dirigencia por el formato que adoptará la futura conducción.

Es que mientras Barrionuevo se mantiene firme con la idea de imponer a un único dirigente al frente de la central, la falta de consenso sobre quién podría ocupar el máximo sillón llevó a que los sectores mayoritarios se encolumne poco a poco con la alternativa de replicar el esquema de un triunvirato, de manera de esquivar cualquier amenaza de ruptura interna.

Si finalmente esa alternativa prospera -cómo hasta ahora parece inferirse de cierto consenso interno- el esquema colegiado de la nueva conducción podría quedar integrado por los dirigentes Jorge Sola (de seguros, impulsado por los denominados «gordos» y con la venia del camionero Hugo Moyano), Cristian Jerónimo (del sindicato del vidrio y cercano al grupo de independientes donde reportas Gerardo Martínez de la UOCRA y Andrés Rodríguez de UPCN) y Maia Volcovinsky (de judiciales, en representación del barrionuevismo).

Otros nombres que se deslizan para integrar el futuro triunviro son el de Sergio Romero, del gremio docente de UDA, y el del dirigente Daniel Vila, del gremio de carga y descarga, aunque se trata de un dirigente vetado por el propio Moyano, con quien mantiene un histórico enfrentamiento por la representación de los trabajadores de Mercado Libre. «Queremos garantizar y promover una propuesta de la CGT con nuevas caras y otra estética«, enfatizó ante Clarín uno de los principales dirigentes de la central.

La extensión del almuerzo de este miércoles en Ezeiza, que fue encabezado por los triunviros Héctor Daer (Sanidad) y Octavio Argüello (Camioneros) y sumó representantes de más de 155 gremios, también dio espacio para algunas charlas informales que tuvieron como denominador común las derivaciones del escándalo de los audios del ex titular de la ANDIS Diego Spagnuolo por el supuesto pago de sobornos en discapacidad que involucran a Karina Milei y Lule Menem. Los sindicalistas evitaron cargar sobre el Gobierno, aunque advirtieron que el escándalo supone un duro golpe político para Milei en la previa a las elecciones y reclamaron celeridad a la Justicia en la investigación de las denuncias. «La verdad tiene que quedar sobre la mesa», remarcaron.

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