Cumplió el sueño que tenía de chico, cuando recorría kilómetros en el campo para poder jugar al fútbol. Es tan hincha de River que le supo dedicar públicamente un título «a los bosteros que se quieren matar». Supo ser una pieza clave, pero perdió su lugar, reconoció que por una lesión no volvió a alcanzar el 100% de sus capacidades y, charla mediante con Marcelo Gallardo, emigró a Brasil.
En enero pasado, Enzo Díaz se sumó a San Pablo a préstamo en la búsqueda de encontrar su máximo nivel y vaya si va por buen camino: en apenas nueve meses se consolidó en el equipo que ya está en cuartos de final de la Copa Libertadores, cumplió la cláusula contractual y el club brasileño deberá ejecutar la opción de compra de su pase.