lunes, 6 de octubre de 2025 16:00
El pasado 12 de septiembre cambió para siempre la vida de Thiago Medina y su entorno más cercano. Un grave accidente lo dejó internado en estado crítico y, desde entonces, cada jornada estuvo marcada por la angustia, la fe y la espera de una recuperación que parecía incierta. Sin embargo, en los últimos días llegó la noticia que todos esperaban: el joven ex participante de Gran Hermano presentó una notable mejoría.
Luego de permanecer varios días en terapia intensiva, el avance en su salud permitió que fuera trasladado a una sala de cuidados intermedios. Este paso, aunque pequeño en lo médico, significó un enorme alivio para su familia, amigos y seguidores, que desde el primer momento acompañaron con mensajes de apoyo y cadenas de oración.
En paralelo a esta evolución, Daniela Celis compartió un dato que llenó de emoción a todos. Thiago Medina pudo reencontrarse, aunque de manera virtual, con sus hijas. A través de una videollamada, logró escucharlas y verlas después de tantos días de ausencia, un momento que, según relataron, estuvo cargado de lágrimas y alegría compartida.
“Ellas estaban felices, no paraban de decirle ‘Papá, papá’. Fue un instante que nos llenó el alma, porque después de tanto dolor, sentir esa conexión fue un milagro”, expresó Daniela Celis en sus redes sociales, donde también agradeció a quienes no dejaron de enviar energía positiva durante este proceso.
La joven madre subrayó que cada mejora de Thiago Medina se debe al esfuerzo colectivo: la labor del personal de salud, la contención de la familia y, sobre todo, la fuerza de voluntad que él mismo demostró para salir adelante. “Es un logro de su fuerza, de los profesionales y trabajadores del hospital, de la presencia incansable de su familia y de la fe de la gente”, escribió.
Otro detalle que conmovió a sus seguidores fue el cumplimiento de la promesa que Daniela Celis había hecho a la Virgen María: caminar hasta Luján en agradecimiento por cada signo de recuperación de su pareja. Un gesto de devoción que reforzó la idea de que la fe fue un sostén indispensable en los días más oscuros.
Hoy el panorama es distinto al de semanas atrás. Si bien aún queda camino por recorrer y la recuperación exige paciencia, cada paso genera optimismo. El momento en el que Thiago Medina escuchó la voz de sus hijas se convirtió en un símbolo de esperanza y en la confirmación de que la unión familiar puede ser la mayor medicina.
Con el acompañamiento de todos, el futuro empieza a vislumbrarse con más luz. La historia de Thiago Medina, marcada por la lucha y la resiliencia, demuestra que incluso en los escenarios más difíciles es posible encontrar motivos para sonreír y seguir adelante.