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La Ruta Nacional Nº 38 se consolida como un corredor crítico de estupefacientes

La Ruta Nacional Nº 38 se consolida durante noviembre como la principal vía de ingreso de estupefacientes a la provincia. En menos de un mes, en una franja entre el Puesto Caminero de La Viña y La Merced, en Paclín, y El Portezuelo, Valle Viejo, puntos que son atravesados por esta calzada, se realizaron cuatro procedimientos federales que permitieron secuestrar casi seis kilos de marihuana, 138 gramos de cocaína, armas de fuego y elementos de fraccionamiento. Ayer, en el último procedimiento realizado, se secuestró 1 kilo con 355 gramos de marihuana. Un joven fue arrestado.

Fuentes policiales informaron que el operativo se concretó en horas de la madrugada. Según se detalló, numerarios de la División Canes Antinarcóticos, dependiente de la Dirección Drogas Peligrosas de la Policía de la Provincia, realizaban un operativo de control vehicular sobre la Ruta Nacional N° 38, a la altura del Puesto Caminero “La Viña”, Paclín. En este contexto, procedieron a controlar un colectivo de larga distancia.

Al identificar a los pasajeros y con la asistencia de los canes adiestrados para la detección de estupefacientes, los policías advirtieron que un joven de 23 años, oriundo de la provincia de Tucumán, llevaba adherido a su cuerpo un paquete compactado con una sustancia herbácea. Tras realizar la prueba de campo correspondiente, se determinó que se trataba de 1,355 kilogramos de marihuana, la cual fue secuestrada junto a un teléfono celular. El sospechoso fue detenido y quedó a disposición del Juzgado Federal, desde donde se impartieron las directivas a seguir.

Este hecho se suma a otros operativos realizados durante noviembre. Con los datos obtenidos, se advierte un un patrón que se repite sin variaciones significativas: el ingreso por la Ruta Nacional Nº 38, traslado básico, ocultamiento precario y derivación hacia zonas urbanas para microcomercialización.

El punto de entrada

Al episodio más reciente se suman otros dos operativos realizados este mes en el mismo puesto de control. En uno de ellos se halló más de un kilo de marihuana y 138 gramos de cocaína dentro de un colectivo interprovincial. En otro, el personal policial secuestró más de un kilo y medio de marihuana disimulada en paquetes de yerba y harina dentro de un bolso.

La serie continúa pocos kilómetros más adelante, ya en el ingreso a La Merced, donde se secuestraron casi dos kilos de marihuana transportados en un vehículo particular.

Valle Viejo, el eslabón

El caso registrado en Valle Viejo profundiza el panorama de noviembre. Según fuentes consultadas, confirma la continuidad del flujo iniciado sobre la Ruta Nacional Nº 38. Allí, en una intervención realizada días pasados, la Policía secuestró dosis fraccionadas de estupefacientes, armas de fuego y otros elementos vinculados a la venta minorista. Dos jóvenes quedaron detenidos por orden federal.

Aunque este operativo no se localizó físicamente sobre la traza de esta Ruta, podría formar parte de la misma cadena de movimiento: la droga ingresa por Paclín o La Merced y, una vez en el Valle Central, se deriva hacia zonas urbanas donde se detectan las instancias de microdistribución.

La presencia de armas en este caso —ausente en los procedimientos de ruta— refuerza la preocupación judicial: el circuito no solo involucra transporte y ocultamiento, sino también entornos de venta con capacidad ofensiva, un factor que suele escalar la peligrosidad operativa. Con casi seis kilos de marihuana y 138 gramos de cocaína incautados en tres semanas, noviembre confirmaría que la Nacional Nº Ruta 38 continúa siendo la vía crítica de ingreso de droga a la provincia.

Canes detectores

En el incremento reciente de procedimientos antidrogas sobre la Ruta Nacional 38 —incluidos los secuestros en Paclín y Valle Viejo— hay un factor que se repite en cada operativo exitoso: el trabajo silencioso y altamente especializado de los canes detectores. Las unidades K9 de la Policía de la Provincia y de Gendarmería Nacional operan con entrenamiento específico para identificar estupefacientes aún cuando los cargamentos están ocultos en dobles fondos, envueltos en materiales contaminantes o mezclados con otras sustancias para disfrazar el olor. La precisión de estos perros no solo acelera los controles, sino que reduce márgenes de error y evita la manipulación innecesaria de vehículos y pertenencias.

Los instructores explican que el rendimiento de los canes es determinante en rutas como la 38, donde el flujo de circulación es constante y la detección a simple vista resulta limitada. La capacidad de marcar con exactitud un punto sospechoso permite actuar con inmediatez y resguardar tanto la prueba como la seguridad del personal.

En los casos recientes, los canes fueron quienes marcaron primero los paquetes escondidos en zonas de difícil acceso de los vehículos, lo que habilitó las aperturas posteriores con testigos y el secuestro de la droga. Sin ese rastreo inicial, varios de los cargamentos podrían haber pasado inadvertidos. Mientras las investigaciones continúan para determinar origen, destino y posibles vínculos entre los hechos registrados, la intervención de los equipos K9 vuelve a demostrar que la frontera interior de Catamarca se sostiene también gracias a estos binomios: profesionales y animales trabajando en conjunto, con técnica y disciplina, para neutralizar el tráfico de estupefacientes que intenta ingresar por los corredores viales del este provincial.

En alerta

Modalidades para traficar

  • Las actuaciones de noviembre permiten identificar tres modalidades predominantes:
  • Transporte interprovincial en micros de larga distancia, con ocultamiento en el cuerpo, en bolsos o camuflado en envases comerciales.
  • Traslado por la Ruta 38 en vehículos particulares, en general sin sofisticación.
  • Microcomercialización urbana en el Valle Central, con dosis fraccionadas, armas y elementos vinculados a la venta.
  • Para la Dirección Drogas Peligrosas, el método de ocultar marihuana en paquetes de yerba y harina “es rudimentario, pero funciona cuando se confía en controles poco exhaustivos”. En noviembre, estos intentos quedaron neutralizados por el refuerzo del control federal.
  • Apolo y Laika son dos perros de la División Canes Antinarcóticos de la Dirección de Drogas Peligrosas. Junto con sus entrenadores realizan un trabajo destacable.
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