Hace años, Lucas Morales, junto a su hermana y un grupo de amigos, decidió vivir la Navidad de manera diferente. Mientras la mayoría festeja en familia y con mesas abundantes, ellos optan por llevar alegría y alimento a quienes lo necesitan. Cada Nochebuena cocinan con dedicación para que nadie se quede sin una comida caliente. La reparten entre personas en situación de calle, trabajadores informales y todo aquel que lo necesite.
Como ellos mismos dicen: “No sobra nada, pero tampoco falta: entre todos ponemos lo que tenemos —y a veces lo que no— y, con la ayuda de Dios, siempre alcanza y se multiplica”. Este gesto demuestra que la Navidad no está solo en los regalos o las luces. Está en mirar al otro, ponerse en su lugar y tender una mano para que nadie pase hambre en una noche especial.
“Hoy queremos ser luz para otros, como un día fueron luz para nosotros”, expresan con la sencillez de quienes dan sin esperar nada a cambio. La historia fue contada por Natalia Fernández en su página de Facebook, conocida por sus relatos sobre costumbres, lugares y personajes populares de la historia catamarqueña. Gracias a estas publicaciones, historias como la de Lucas Morales trascienden y motivan a otros a vivir la Navidad con solidaridad y empatía.
La verdadera Navidad no se compra: se regala desde el corazón. Historias como la de Lucas Morales recuerdan que la esencia de estas fechas está en dar, compartir y acompañar a los demás, más allá de los obsequios y la decoración.