En su primera misa de Navidad como pontífice, celebrada en la basílica de San Pedro, el papa León XIV lanzó un fuerte mensaje contra las guerras y pidió atención urgente para las poblaciones más vulnerables afectadas por los conflictos armados y las crisis humanitarias.
La celebración marcó un hecho histórico: hacía más de tres décadas que un Papa no presidía la misa de Navidad en ese templo, la última vez había sido en 1994. Ante miles de fieles, el pontífice centró su homilía en el sufrimiento humano y la fragilidad de quienes viven bajo la violencia.
Durante su mensaje, León XIV hizo referencia directa a Gaza, a los desplazados y refugiados en distintos continentes y a las personas que viven sin techo en grandes ciudades. “Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás”, expresó.
También advirtió sobre la situación de los jóvenes obligados a empuñar armas, cuestionando los discursos que justifican la guerra y “envían a morir” a nuevas generaciones.
Según el Papa, la paz solo puede comenzar cuando el dolor ajeno interpela de manera profunda: “La paz de Dios nace de un llanto escuchado y de la solidaridad que surge entre las ruinas”.
En su mensaje, el pontífice mencionó conflictos que suelen quedar fuera de la agenda internacional, como los que atraviesan Sudán, Sudán del Sur, Malí, Burkina Faso y la República Democrática del Congo, y pidió consuelo para sus víctimas.
También reclamó el cese de la violencia en Haití y exhortó a América Latina a avanzar por el camino del diálogo y la reconciliación, dejando de lado las exclusiones políticas e ideológicas.
“Cada uno puede y debe rechazar el odio y la confrontación, y optar por la paz”, sostuvo.
Bendición Urbi et Orbi y un gesto inédito
Tras la misa, León XIV impartió la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica, donde pidió justicia y estabilidad para Líbano, Palestina, Israel y Siria, y llamó a Ucrania y Rusia a entablar un diálogo sincero con el acompañamiento de la comunidad internacional.
En un gesto inédito, el Papa citó por primera vez a un poeta hebreo, Jehuda Amichai, durante el mensaje navideño, en un llamado a la paz que buscó trascender fronteras religiosas y culturales.
Según Vatican News, unas 26.000 personas participaron de la celebración en la Plaza de San Pedro, pese al cielo nublado en Roma.