Pablo Grillo recibió un proyectil en la cabeza durante la marcha.
El pasado miércoles, las afueras del Congreso fueron testigos de una jornada negra para la Argentina: en medio de una manifestación pacífica de hinchas de fútbol y jubilados, las fuerzas de seguridad reprimieron a diestra y a siniestra, dejando un saldo de varios heridos, un gran número de detenidos que fueron posteriormente liberados y un fotoperiodista herido de gravedad.
Pablo Grillo, el profesional en cuestión, recibió el impacto de una cartucho de gas lacrimógeno que le abrió la cabeza, a la altura de la frente, y aún lucha por su vida en el Hospital Ramos Mejía de la Ciudad de Buenos Aires.
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Pablo Grillo.
Tras cinco días de internación, Fabián y Emiliano Grillo -padre y hermano del fotógrafo- revelaron cómo se encuentra actualmente el joven: «Hay pequeñas cosas que son alentadoras», deslizó su hermano Emiliano.
«Hasta lo que nos informaron recién está estable, que dentro de su cuadro crítico es muy positivo. Está dando signos de que la está luchando, con pasitos hacia adelante, aunque algunos hacia atrás también, como ayer que levantó un poquito de fiebre, que es algo que esperan los médicos por lo expuesto que estuvo su cerebro», continuó indicando.
Y agregó: «Lo están monitoreando minuto a minuto los glóbulos blancos, le están bajando, eso es alentador. Están viendo también que no haya ninguna posible infección, le están dando medicación para que no ocurra eso. Cada vez que pueden le hacen las vacaciones de sedación para ver las respuestas que está teniendo, siguen siendo positivas».
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«Le cortan un poquito la sedación para ver cómo reacciona el cuerpo. Tiende a flexionar un brazo, de un lado, no del otro, eso se verá más adelante cuál es el motivo. Las piernas reaccionan al estímulo, no por sí solas, dicen que eso es alentador», detalló Emiliano.
Y expresó: «Todo el tiempo le realizan estudios, en el transcurso de los días seguramente le hagan una tomografía para tener un diagnóstico más actualizado y preciso de su situación. Es minuto a minuto, día a día. Mientras no nos suene el teléfono, seguimos con esperanza«.
Además, el hermano del fotoperiodista agredido por la Gendarmería se tomó un tiempo para mostrar gratitud: «Queremos agradecer el trato que están teniendo las enfermeras, neurocirujanos, el personal de hemoterapia, a la gente que se acercó a donar sangre. Está viniendo tanta gente que pidieron que hasta la semana que viene no vengan a donar sangre porque no tienen dónde ponerla».
«Ya nos advirtieron de entrada que va a haber cosas positivas y negativas que se van a ir alternando. Lo negativo es el cuadro febril que tuvo anoche, pero que por lo que plantearon es esperable. Su estado sigue siendo crítico, su vida corre riesgo. Dentro de esa etapa, están estas pequeñas cosas que son alentadoras. Pero su cuerpo por sí solo no responde. Todavía los ojos y el habla no», concluyó.
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