• El Ancasti >
  • Edición Impresa >
  • Opinión >

Editorial

El gobierno nacional está empeñado en dar discusiones que ya están saldadas hace mucho en la Argentina. Ese empeño se da en un contexto que los libertarios denominan “batalla cultural”, insertando en la denominación un término beligerante que exacerba aun más un discurso que muchas veces, más que argumentar, agrede y ofende.

Uno de esos debates saldados que pretenden inútilmente reformular es el que se vincula con la agenda de género o sobre el rol del Estado en el fomento de políticas inclusivas. Las adhesiones que el libertarismo cosecha en torno a la difusión de sus posiciones retrógradas no son nuevas. Es decir, no van ganando adherentes sino que despiertan acompañamientos en un sector minoritario de la población que ya tenía esas ideas previamente.

Lee además

Un informe recientemente publicado por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad, en articulación con el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), y la colaboración de la consultora Luis Costa y Asociados, consigna que el 80% de los argentinos considera que falta mucho por hacer para asegurar la igualdad de derechos en la Argentina, y el 70% que el Estado debería involucrarse y/o invertir mucho o bastante en brindar asistencia integral a víctimas de violencia de género, facilitar información y métodos de prevención de embarazos e Infecciones de Transmisión Sexual, y brindar educación sexual integral.

El estudio se denomina “Puntos de vista sobre género y derechos sexuales y reproductivos en Argentina 2024” y sintetiza la opinión de 2000 argentinos consultados. Lucila Szwarc, investigadora del Centro de Estudios de Estado y Sociedad, sostiene que “una mirada global de los resultados permite tener una apreciación diferente de lo que el clima cultural parecería indicar. El Estado aparece como un actor clave que, lejos de retirarse, debería involucrarse y garantizar inversión social en una sociedad en la que las personas consideran que resta mucho por hacer para generar condiciones de mayor igualdad de derechos”.

El estudio confirma que entre los argentinos sienten simpatía y empatía con políticas que van a contramano de lo que viene haciendo el gobierno libertario. Por ejemplo, medidas a favor de la inclusión y protección de los derechos de las personas con discapacidad, niños, niñas y adolescentes, y defensa de las mujeres en situación de violencia. Otras normas, como el acceso al aborto y los cupos femeninos en espacios de trabajo tienen menor nivel de consenso que las mencionadas anteriormente, pero siempre están por arriba del 50 %.

El estudio concluye que, como se señaló más arriba, hay debates saldados que no pueden ser reinstalados por ninguna batalla cultural, aunque los que la promuevan ocupen espacios de poder: “Los resultados de este estudio parecen indicar que el cambio cultural sobre la agenda de género y derechos sexuales y reproductivos experimentado por la sociedad argentina en las últimas décadas, ha sido profundo y ha dejado sus huellas”.

Te Puede Interesar