Alrededor de 80 empleados del Hotel Casino Tandil se manifestaron nuevamente ayer en la esquina de Ayacucho y Esquiú en reclamo de los haberes adeudados por parte de la empresa según expresaron, más de un año.
El monto adeudado sería de aproximadamente un millón y medio de pesos a cada empleado y de 220 millones de pesos en total. Si bien, en principio, la empresa había reconocido la deuda y en su momento había asumido el compromiso de saldar la deuda hasta el hasta el 31 de marzo pasado, el pago no se concretó, lo que motivó una nueva protesta.
“Nos preocupa un doble contexto. El primero es la deuda con los trabajadores y nos preocupa por otro lado la calidad del concesionario de la explotación del Casino, porque además de esta deuda, Hotel Casino Tandil Sociedad Anónima tiene una deuda con la entidad sindical de más de 30 millones de pesos por aportes adeudados, que han sido retenidos a los trabajadores y no han ingresado a las arcas del sindicato”, dijo a El Ancasti, Juan Mejías, abogado de UTHGRA.
Por otro lado, el letrado hizo referencia a lo que consideró una “imposición extorsiva” por parte de esta empresa a sus empleados relacionada a una reducción del horario de trabajo de ocho a seis horas. “Pretende pagarles a los trabajadores la deuda parcialmente, a condición de que reduzcan su jornada de trabajo”, expresó.
En este sentido, Mejías señaló que esta propuesta fue rechazada “lisa y llanamente” por los empleados porque le dieron la posibilidad a la empresa de reducir durante el término de seis meses y no hubo ninguna mejora salarial.
“Todo lo contrario, fue una argumentación de esta empresa para pedirle a Capresca la reducción del canon de explotación del Casino diciendo que con esto le iban a mejorar el sueldo a los trabajadores. Verán que claramente esto no ha sucedido al día de la fecha”, aseveró Mejías.
Por su parte, empleadas que se manifestaron, aseguraron que «esta situación no da para más. La venimos luchando desde hace rato e inclusive desde pandemia, porque nosotros que estuvimos siempre al frente, nos llamaban a trabajar, veníamos y no cobrábamos».
«Ya no podemos seguir así. Nosotros queremos lo justo. Lo que nos corresponde en realidad. Eso es lo que queremos», dijeron.