Roberto Barros, imputado por el delito de «abandono de persona seguido de muerte agravado» en el caso de la muerte de su exesposa, Liliana Garabedián, brindó este mediodía declaraciones a El Ancasti luego de una nueva audiencia en el marco del proceso judicial que continuará con el juicio por jurado popular el 4 de junio.
La causa se originó en diciembre de 2010, cuando el cuerpo sin vida de Liliana Garabedián fue encontrado en un descampado cercano a Nueva Coneta, en el departamento Capayán, luego de que su familia denunciara su desaparición. Desde entonces, la investigación atravesó diversas etapas judiciales y finalmente fue elevada a juicio durante el año pasado.
Durante la breve entrevista, Barros respondió a los argumentos de la querella, que sostiene que el desalojo habría sido el desencadenante de los hechos que culminaron con la muerte de Garabedián. «Fue todo tergiversado», aseguró, y agregó que como afirma su abogado, Herman Zalazar, «mi esposa estaba sacando cosas a la calle y la gente se la llevaba; incluso su misma madre llamó a la policía y eso está registrado en un acta”.
Barros reconoció que «las cosas no se dieron de la mejor manera», pero insistió en que «nunca hubiese querido que ella falleciera».
Sobre el juicio con jurado popular que comenzará el próximo 4 de junio, el imputado afirmó no estar pendiente del tipo de proceso porque “nunca estuve en una situación así” y sostuvo que no comprende “las formas en que lo atacan”. “Estoy tranquilo esperando el momento en el que se termine todo”, dijo.
Respecto al impacto que tuvo el fallecimiento de Garabedián en su familia, Barros relató: “Me llama mi abogado y me dice que la encontraron fallecida. A mí se me partió el alma, pensé en mis hijos y no sabía cómo explicarles algo así. Tuve que salir como pude y me fui al Hospital de Niños a ver si algún psicólogo podía ayudarme”.
Con visible emoción, concluyó: “Lo que causó todo esto fue solo daño”.
El contexto de violencia de género
Consultado por los indicios de violencia en la relación, Barros fue ambiguo. “Sí, en algún momento, quizá como en cualquier otra relación, tuvimos diferencias”, admitió, pero luego insistió: “Siempre estábamos juntos y queríamos seguir juntos. No sé por qué sacan ese contexto fuera de lo que fue nuestra vida”.
Barros negó las acusaciones que lo vinculan directamente con la muerte de Garabedián: “Si ellos me dicen que yo asesiné a mi esposa, eso es una mentira. Ahora, si me dicen que alguien le hizo algo, yo también quiero saber la verdad. ¿Cómo no voy a querer saberla?”. También remarcó que fue él quien presentó la primera denuncia por desaparición: “No fue su familia”.
La salud mental de Liliana
Sobre este punto, Barros expresó que no sabía que su expareja atravesaba un cuadro de salud mental complejo. “A medida que pasaba el tiempo, fueron sucediendo situaciones raras que me llamaron la atención”, explicó.
Además, recordó una entrevista en el Hospital San Juan Bautista: “Yo le pedí que me explicara la situación para poder manejarla por mis hijos, y ella me dijo palabras que no voy a repetir. Solo las voy a decir adentro, durante el juicio”.
Cerró la entrevista afirmando que declarará cuando comience el juicio: «A mí nunca me preguntaron nada, todo lo que se dijo siempre fue de un lado. Pasaron cuántos años, y queremos que esto se termine de una vez”.