El ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo vive una revancha personal. En la cíclica Argentina, donde varias veces fue escrachado tras el colapso de la Convertibilidad pos-2001, su voz volvió a ser escuchada después de 20 años y sus ideas forman parte de nuevo del mainstream.
Gran inspirador del presidente Javier Milei -quien ahora se alejó por algunas críticas recibidas sobre el rumbo económico-, Cavallo, de 78 años, fue invitado a la New York Stock Exchange (NYSE) por el empresario Marcelo Mindlin, co-controlante de Transportadora de Gas del Sur (TGS).
Desde los salones ubicados en las esquinas de Wall Street y Broad Street, el ex funcionario se permitió darle una recomendación al Gobierno: no apurar las privatizaciones ni abordarlas desde una mirada exclusivamente fiscalista, sino que el diseño permita inducir la entrada al mercado de capitales locales e internacionales para mejorar el funcionamiento de las empresas que hoy están en manos del Estado.
Una reforma que cambió a la Argentina
Durante 15 minutos, después de ser presentado por Mindlin como el autor de una reforma que «cambió a la Argentina para siempre», Cavallo repasó la situación al inicio del gobierno de Carlos Menem.
Por un lado, a comienzos de los años ’90 los bancos con los que el país estaba en default querían capitalizar deudas para quedarse con esas compañías; mientras que desde otro sector, los «fiscalistas», presionaban al Gobierno para deshacerse de activos estatales y cubrir con esos ingresos el déficit del sector público.
Esa última mirada fue la que primó para Telefónica, Telecom, Aerolíneas Argentinas y las rutas.
Entonces, señaló Cavallo, desde la Fundación Mediterránea postularon que el ingreso de los privados debía mejorar la eficiencia de las compañías hasta entonces del Estado, pero previamente se debían diseñar marcos regulatorios que hicieran posible la atracción de capitales. Por ejemplo, las leyes 24.065 y 24.076 para la energía eléctrica y el gas natural, respectivamente.
La idea de ir otra vez hacia una privatización de las empresas del Estado es parte central del programa económico de Milei.
Sin embargo, al comienzo de la administración surgieron diferencias: mientras los funcionarios que llegaron de la mano del ex jefe de Gabinete, Nicolás Posse, empezaron a trabajar para eficientizar las compañías estatales y venderlas más caras en el mediano plazo, desde el lado del asesor Santiago Caputo buscan acelerar los procesos, con la visión de que esas firmas no son viables en manos del Estado.
Así, la unidad que comanda Diego Chaher apura las ventas de activos de Energía Argentina (Enarsa, que tiene gasoductos, centrales térmicas e hidroeléctricas), la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina (Nasa, que maneja las centrales nucleares), Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), así como rutas, las nuevas concesiones de las hidroeléctricas de Neuquén y Río Negro y hasta Casa de la Moneda.