Una triste noticia circuló ayer lunes a la noche por las redes sociales: murió Peter Deantoni, famoso manager de grandes artistas del rock argentino durante las décadas del ’70, ’80 y ’90. Contó en 2016 sus aventuras en el libro Pappo, Made in USA – En la ruta del delirio y en 2023 en De la A a la Z con Peter Deantoni – A mi manera sigo rodando, ambos con detalles insólitos y desopilantes.
Deatoni tenía 76 años y fue operado ayer para colocarle un stent. Aparentemente la operación salió bien, pero luego tuvo un paro cardiorespiratorio. Todo el mundo del rock extrañará su nobleza, buen humor y su característico mostacho.
Un personaje muy querido
En sus libros queda en claro que Peter Deantoni se dedicó a ser manager por su amistad con la escena del rock argentino que comenzaba a tomar forma en los años ’70. También le resultó una ventaja especial saber hablar inglés, por lo que terminó acompañando a muchas visitas internacionales y haciendo de liason con los equipos técnicos extranjeros.
Peter Deantoni con Pappo y B.B King. Foto gentileza DeantoniAsí fue como estuvo con Frank Sinatra en su llegada al país, participó de la negociación para la visita de los Rolling Stones y acompañó a Pappo en shows de B.B. King en el Madison Square Garden.
Es famosa su anécdota cuando en 1978 acompaño a Rod Stewart en su breve estadía en nuestro país durante el Mundial de fútbol, y cómo le salvó la vida cuando les robaron en un restaurante.
Óscar López; Rod Stewart; y Peter Deantoni en el Hotel Alvear. Foto: cortesía de Peter Deantoni – Télam«Néstor Celasco, el entonces director del sello Music Hall, que tenía el catálogo internacional de Warner Records, que incluía a Rod Stewart, se enteró que el cantante iba a visitar el país, por lo que se ocupó de buscar un asistente que se pusiera a su disposición durante las 24 horas. Fui yo», dijo Peter.
Y agregó: «Fuimos a buscar a Rod al Aeropuerto con Celasco, se alojó en el Hotel Alvear y yo quedé a su disposición. Una noche fuimos a una parrilla y de pronto entran tres tipos con armas cortas, tipo itaka. Uno se quedó en la puerta, el otro fue para el lado de la caja y el tercero empezó a pasar por las mesas juntando las cosas de valor de los que estaban comiendo».
«De inmediato, entró la policía y empezó un tiroteo en el que enseguida acribillaron a los tres ladrones. Nos tiramos todos al piso y me acuerdo que el productor Oscar López se tiró arriba de Rod y gritaba : `¡No disparen que el tipo vale un millón de dólares´!», concluyó con su clásica risotada.
Sus comienzos
«Mis padres eran personal doméstico -explicó- de una familia americana que tenían dos chicos de mi edad con los que nos criamos juntos. Así que ahí aprendí el idioma y por eso me dicen Peter, porque no les salía pronunciar Pedro ni mi otro nombre, Laureano».
Peter Deantoni en su última entrevista con Clarín, en enero de este año. Foto: Fernando de la OrdenContó a principios de este año a Clarín que a través de su primera mujer pude ir a un ensayo de Almendra, conoció a la banda, y cuando Edelmiro Molinari armó el grupo Color Humano les prestó su casa para ensayar. Además, tenía una camioneta, que era perfecta para trasladar instrumentos.
A partir de ahí como suele ocurrir, una cosa llevó a la otra. Trabajó con Vox Dei en los años ’70 y Los Abuelos de la Nada en su regreso triunfal de la década del ’80. Fue manager de Pappo durante mucho tiempo y acompañó en las buenas y en las malas.
Algunas anécdotas
Los Abuelos de la Nada: «El tercer disco lo grabamos en Ibiza, pero antes de partir a la isla española yo pasaba muchas horas con Miguel Abuelo, y nos juntamos en mi casa en San Isidro con mis padres para compartir un asado de despedida. Después de comer, mientras apurábamos unos cafés, nos pusimos a intercambiar ideas. ‘Don Laureano, ¿para usted qué es la vida?’ preguntó intrépido Miguel. ‘Miguelito querido’, respondió mi papá, ‘la vida es un libro útil para aquel que la pueda compartir’. Miguel no dudó un instante, anotó la frase y la incluyó en el hit Himno de mi corazón«.
Andrés Calamaro: «Estando en Ibiza con los Abuelos, me llaman para informarme que el tema Fabio Zerpa tiene razón, del primer disco solista de Salmón era un hit. A pesar del éxito con Los Abuelos de la Nada, Andrés era un pibe tímido e inseguro, pero no le quedaba otra, y tenía que decidir si seguía arriba del tren llamado Abuelos o se lanzaba a correr solo. ‘¿Qué hago, Peter?’, me preguntó. ‘Mirá, Andy -le respondí- Nadie te prometió un jardín de rosas pero tampoco un ramod e espinas’. Esa frase nos mantiene muy unidos y cada tanto la utiliza en alguna entrevista».
Gustavo Cerati: «Trabajamos juntos a comienzos del año 2000. El nuevo milenio lo encontró realizando su primera gira por Estados Unidos, con el disco Bocanada, prensado en Los Angeles, donde yo estaba viviendo. Llegó con todo su séquito y los recibí en mi casa, preparé un salmón a la parrilla y nos metimos en la pileta para relajarnos un poco. Después los llevé a conocer a unos amigos y se fue con Flavio Etcheto a una fiesta en un edificio en pleno downtown. Nosotros al otro día salíamos para la carretera con el micro de los Red Hot Chili Peppers y pensé que lo había perdido para siempre. Pero llegó justo para salir. Un pro total».
La tapa de «De la A a la Z con Peter Deantoni». Charly García: «En una oportunidad me contactó la cadena de televisión americana ABC para un especial en la Casa Rosada con un artista argentino. Fue la única vez que trabajé con Charly. La producción consistió en filmar un show en las escaleras de Plaza de Mayo, frente a Balcarce 50. Por aquellos días, él vivía o estaba parando en una quinta de zona Norte, así que para no dejar colgados a los gringos se me ocurrió hospedar a toda la banda en el Sheraton Hotel para tenerlos a mano y cerca del lugar. Los gringos eran super profesionales y tenían programada la transmisión por satélite a las 7 de la mañana. Pero con Charly uno nunca sabe, y todo lo que estaba cronometrado como un reloj suizo se volvió una odisea. Se resistió a subir al camión porque necesitaba un poco de ‘inspiración’… Al final el show lo hicimos unos minutos después de lo pactado y salió muy bien».
Ricardo Iorio: «Tengo una anécdota que es muy fuerte. Yo estaba trabajando con Rudy Sarzo y nos invitaron a participar del festival Metal Para Todos, Rudy terminó su set y decidió regresar al hotel, pero yo volví porque me reencontré con muchas caras amigas. Junto a Vitico decidimos ir a saludar a Iorio, que me conoce de la época de V-8, cuando vendía papas. Aprovechándose de su trayectoria y su poder de convocatoria, el tipo se pidió un lechón de catering. Y cuando nos ve ingresar con Vitico no dudó en saludarnos y nos regaló la cabeza del chancho como ofrenda. Fue todo muy bizarro».
Pappo: «La primera vez que viajamos nos hospedamos en el Highland Gardens Hotel, que no es un hotel cualquiera, ya que en él pararon miles de artistas como Rodolfo Valentino. Nos ubicaron en la habitación 105, donde fue encontrada sin vida Janis Joplin en octubre de 1970. Todo el mundo quiere alquilarla y el conserje nos llamaba todos los días para cambiarnos, pero nunca aceptamos porque estábamos super instalados. Una tarde estaba en la pileta y se me acercan dos chicas canadienses con guitarras. les cuento que estaba con un guitarrista de Argentina y se pusieron como locas, muy interesadas en conocer al famoso guitar hero. En eso se abre la ventana de la suite y aparece Pappo con unos calzones rojos, rascándose el culo y gritando, ‘¡Shorthorn! ¿Hay negocio?’»
Ratones Paranoicos: «En 1994 estábamos de gira por Estados Unidos y cuando paramos en Miami tocamos en un lugar fantástico llamado Billboard y se armó una fiesta espectacular en la suite de Juanse. El Pelado Cordera, vestido de pijama, golpeó la puerta para sumarse a la fiesta, Juanse lo miró de arriba a abajo y le dijo: ‘Un tipo que anda por la vida vestido de pijama no puede participar de esta fiesta’ y le cerró la puerta en la cara».