Un importante grupo de referentes sindicales de la CGT y las dos CTA llevaron este martes su denuncia contra la reforma laboral y la reforma económica de Javier Milei a la cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se realiza en Ginebra. Allí también se reunieron empresarios, laboralistas y representantes de gobiernos.
Fue en ese marco que el representante de la Argentina, el embajador Carlos Foradori, cruzó fuerte a Roberto Baradel, el titular del sindicato docente del SUTEBA y miembro de la CTA de los Trabajadores, quien al exponer en la asamblea del organismo internacional acusó al gobierno libertario de promover políticas que a su criterio “han destruido la administración del trabajo y las políticas de empleo en general”.
Y más duro aún habló de un “plan económico y social” en “clara violación a la constitución argentina”, que -según dijo- ignora el Poder Legislativo. “Se ha multiplicado y propagado una serie de decretos, resoluciones, disposiciones y decisiones administrativas que, analizadas en conjunto, constituyen un plan sistemático de cambio del patrón de acumulación que beneficia a los sectores más concentrados de la economía y viola de forma sistemática derechos y garantías sociales que gozan de la más alta protección constitucional”.
Baradel no fue el único gremialista que llevó hasta Suiza su denuncia, puesto que un grupo de abogados viajó a la 112* cumbre de la OIT para denunciar las políticas de Milei como «anticonstitucionales y anti sindicales». De hecho también alzó la voz, el secretario general de Relaciones Internacionales de la CGT y titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, quien participó de los plenarios. Martínez tildó a la reforma laboral del Gobierno de «precarizadora y antisindical».
«Mediante un DNU, el Poder Ejecutivo, sin consulta con los actores sociales y la sociedad civil, sin acudir al Poder Legislativo, pretendió introducir la reforma laboral más regresiva desde que recuperamos la democracia«, acusó Martínez. Y añadió en la misma línea del discurso crítico: «Una reforma precarizadora y antisindical con la única finalidad de imponer un conjunto de políticas económicas y reformas estructurales que dañan las condiciones de vida y restringen el ejercicio de la libertad sindical».
Pero se sabe que el embajador Carlos Foradori no deja pasar una y que está en Ginebra para frenar las distintas denuncias que también en materia de derechos humanos se buscan abrir contra la administración de La Libertad Avanza ante los organismos de derechos humanos que funcionan en el marco de la ONU, allí.
Con instrucción del Gobierno, le contestó este martes a Baradel diciéndole que había desenfundado un “catálogo completo de imprecisiones vinculadas al gobierno argentino”, entre ellas, que el 60 por ciento -según el líder de Suteba- eran trabajadores informales.
“Vengo a decir que el distinguido representante de los trabajadores de la educación en la Argentina tiene razón. La economía heredada implicaba que mi país transitaba por un camino de cornisa y a punto de llegar al precipicio. Le voy a agregar otros indicadores. El 10 de diciembre pasado, cuando el nuevo gobierno asumió, la Argentina lucía una patética fotografía. Un 50% de pobreza, 10% de indigencia y una inflación, que a precios mayoristas, estaba en el 54% mensual”.
Foradori destacó también, en ese sentido, como “peor”, el hecho de que “los niños; lo más preciado de la Argentina, estén sumidos en la absoluta pobreza y lo que es más grave, en la más triste pobreza educativa”.
Después dijo que una de las provincias del sur del país, la cantidad de clases que han tenido en la escuela primaria el año pasado, alcanzaba a los 80 días sobre los 190 que debieran haber tenido. Muchas otras provincias han tenido un similar y lamentable récord educativo. Se deduce que hablaba de Santa Cruz.
“Después de esta herencia, lo que el gobierno argentino esta haciendo, desde su humildad con firmeza; desde su sensibilidad con audacia y desde su prudencia con valentía, es implementar una estrategia terapéutica, para curar el dolor con justicia y la frustración con toda la confianza de millones de argentinos, quienes en el pasado mes de octubre, pusieron junto con la boleta del voto, la esperanza de un futuro mejor”.
Igualmente, las denuncias contra la Argentina aunaron al mundo sindical que viajó a Suiza, donde el grupo de los representantes de los trabajadores argentinos está encabezado, por el cotitular de la CGT, Héctor Daer, Martínez, y la abogada laboralista Marta Pujadas, entre otros.
Alli llevaron hasta los debates el hecho de que deben existir garantías al derecho a la protesta, a la huelga, a la libertad de expresión y al diálogo como mecanismo de resolución de conflictos.
También el secretario de Trabajo, Julio Cordero, participará de la cumbre sobre el fin de semana. Viajaron unos cien representantes sindicales, pero el Gobierno sólo autorizó una participación en la cumbre de la OIT de no más de cinco personas, cuyos gastos son financiados por el Estado.