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Javier Milei y Diana Mondino pidieron frenar los traslados y ascensos de la Cancillería y prometen erradicar la «militancia»

En medio de rumores este miércoles de que la representante del gobierno de Alberto Fernández ante la Unesco, Marcela Losardo, podría bajar de la competencia para un puesto nuevo en la presidencia del Consejo Ejecutivo de esta misma agencia, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el gobierno del presidente electo, Javier Milei, le pidió a la cancillería de Santiago Cafiero que detenga los traslados y ascensos que había ordenado a último momento.

Es decir, antes de las elecciones y que condicionan los nombramientos que quiera hacer la administración entrante. También quedaron en veremos los ascensos que debe aprobar el Senado.

En estas ultimas decisiones de traslados hubo un pelotón de salidas previstas, de funcionarios de carrera que no serán jefes de misión y antes otras que sí. Algunos son experimentados funcionarios de carrera y otros favorecidos porque trabajaron con el anterior gobierno. Todos afines al kirchnerismo. Los Libertarios no tienen, militancia en el Ministerio de Relaciones Exteriores, por el momento.

La carta que en 2019 le mandó el presidente Alberto Fernández al ex canciller Jorge Faurie para que no enviara diplomáticos al exteriorLa carta que en 2019 le mandó el presidente Alberto Fernández al ex canciller Jorge Faurie para que no enviara diplomáticos al exteriorAl llegar a la Cancillería, en 2019, el ex ministro Felipe Solá mantuvo una extrema política de premios y castigos. Alberto Fernández envió por cierto una carta al ex canciller Jorge Faurie pidiéndole que se abstuviera de los traslados previstos y mandó a sus casas a los diplomáticos que tuvieron puestos importantes con la gestión de Cambiemos. Siguieron cobrando pero sin trabajar. Ahora Mondino quiere rescatar a todos los que no están en edad de jubilarse, supo Clarín. Ni ella ni Cafiero hablaron todavía sobre la transición.

En 2019, también hubo diplomáticos K de carrera favorecidos, algunos muy experimentados y respetados. En su momento, también ocurrió con la cancillería de Cambiemos, pero la política fue menos ideologizada. Con Solá se favoreció la militancia ultra K y la linea de embajadores políticos -los que no son diplomáticos- tuvo hasta momentos escandalosos: como en el ex diputado Carlos Raimundi, en la OEA, de abierto apoyo al castro chavismo; Ariel Basteiro, en Bolivia; Daniel Capitanich, hermano del chaqueño Jorge Capitanich, en Nicaragua; Oscar Laborde, en Venezuela; Ricardo Alfonsín, en España, que debió recurrir al ex embajador Carlos Bettini para que lo ayudara con los vínculos en Madrid. Los políticos terminan su misión el 10 de diciembre.

Recientemente, un grupo de embajadores o cónsules firmó una solicitada en favor de Sergio Massa como presidente, y hasta se pusieron del lado de quienes consideraban en riesgo la democracia con Javier Milei, tal el caso de Belem Bogado, que está en Nueva Zelanda, Javier Figueroa en el Reino Unido; Ana Sarabayrousse en Río de Janeiro; Gustavo Pandiani, en Suiza (fue el referente de Massa en el Ministerio), Marilita Squeff en la Embajada ONU, Gonzalo Urriolabeitia, en la Embajada en Egipto; Juan Valle Raleigh embajador en Bélgica; Federico González Perini Subsecretario de Mercosur. También la firmaron Pablo Virasoro, el Director de Cascos Blancos, y Diego Boriosi Director de Consulares.

Si este formato ya se veía amenazado con Massa, que les pidió «menos» militancia y cócteles y más ventas de la Argentina en el exterior, ahora se ve también en riesgo con la gestión Milei-Mondino, que prometen ahorrar recursos nombrando solo a diplomáticos en los puestos de dirección en lugar de contratos políticos. Pero la militancia, no es precisamente una virtud en ese modelo de política exterior.

La anomalía en la Cancillería es inmensa. El año pasado, Cafiero debió digerir las criticas en todas partes porque Fernandez le mandó a Marita Perceval, amiga de Cristina Kirchner a que abriera una nueva dirección de promoción de diversidad sexual y políticas feministas en Relaciones Exteriores. Hay cinco direcciones dedicadas a lo mismo.

Losardo no confirma que se haya bajado. En su equipo señalan que su candidatura es a titulo personal y no gubernamental, pero fue el Gobierno de Fernandez quien la presentó oficialmente, con una carta y acto a tope. Losardo fue la ministra de Justicia de Alberto F hasta que Cristina Kirchner pidió su cabeza por considerar que la abogada se negaba a hacer la reforma judicial que reclamaba la vicepresidenta saliente.

En la Cancillería hay unos 5.000 empleados, entre los que están en el exterior y los que trabajan en Buenos Aires. Poco más de mil son diplomáticos que se especializaron en la carrera. Se estima que solo la mitad están con trabajo pleno. Pero los gremios pisan fuerte tanto en el cuidado de los mismos, como en el envío de los propios administrativos al exterior.

El 17 de noviembre pasado, dos días antes de las elecciones presidenciales, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto emitió una resolución inesperada con 15 traslados y cambios que no deberían haberse pedido.

Por ejemplo, secretaria de Relaciones Internacionales, Cecilia Todesca, que cesara su cargo en diciembre, logró ubicar a todo su equipo afuera. Pero eso podría detenerse.

Así otros. Dias antes de las elecciones presidenciales también decretaron que Carlos Federico Mascias, el jefe de gabinete del vicecanciller Pablo Tettamanti, se fuera de embajador a Finlandia, a manera de que el final de gobierno no lo dejara sin puesto. Llamó la atención que un diplomático de carrera tan experimentado como Alain Beraud aceptara ir de embajador a Costa Rica, teniendo en cuenta de que se trata de un destino más tranquilo sin menos presiones que los que ya tuvo en el pasado. Lo acaban de nombrar.

Otro tema es el caso de los embajadores o diplomáticos con altos puestos que llevan mucho tiempo afuera y provocan quejas de sus mismos compañeros más allá de lo ideológico.

Son los casos del experimentado diplomático Javier Figueroa, que llegó a Sudáfrica como embajador con la administración de Cambiemos. Había pedido al gobierno de Cristina Kirchner la de Cuba, que finalmente le dio Macri. Con este gobierno fue enviado a Londres y en todos los puestos estuvo acompañado por su esposa, diplomática también y al frente de la red de feministas en Cancillería. Siendo esposa que sigue la carrera de su marido, le permitieron trabajar, suerte que no corrieron otras, u otros conjugues.

Ana Tito, fue enviada a Roma en 2018 y este año la premiaron con cinco más en el exterior con el consulado general en Miami, un puestazo. Conrado Solari Yrigoyen está de embajador en Dinamarca desde 2016 y el embajador en Francia Leonardo Costantino esta como hace siete en Paris de diplomático. Se trata de un puesto para el que no tenía rango, pero fue un pedido especial de Fabiola Yañez y del saliente secretario de la presidencia, Julio Vitobello.

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