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Tensión por Malvinas: Los británicos ampliaron el control marítimo en las Islas y hay molestias en el Gobierno

Gobierne el Partido Conservador o el Partido Laborista, el Reino Unido mantiene un plan sistemático en su política hacia las Malvinas y las otras islas del Atlántico Sur que cumple paso a paso.

En ese contexto es que en las últimas semanas se hizo público el anuncio de que Londres amplió de manera unilateral su control marítimo y pesquero alrededor del archipiélago, concretamente en las más australes Islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

Bajo el lema de que se buscan mejoras en la protección de los mares antárticos, el anuncio británico implicó una ampliación de las llamadas “no takes zonas” (zonas de no pesca) por 166.000 kilómetros cuadrados más de los existentes. Ello elevaría el hábitat marino protegido sólo por el Reino Unido en aguas que Argentina considera propias a 449.000 kilómetros cuadrados.

“El Comisionado de Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur (un funcionario británico, bajo las siglas SGSSI) ha anunciado planes para ampliar la extensión espacial de las zonas de no toma en el Área Marina Protegida (MPA) de la SGSSI (por las islas), aumentando su área de 283.000 km2 a 449.000 km2. Estas medidas adicionales darán lugar a que el 36 % de la Zona Marítima de la SGSSI esté cerrada a la actividad pesquera. Se cerrarán 17.000 km2 adicionales para la pesca de krill a través de la introducción de áreas cerradas pelágicas (oceánicas) adicionales”.

para los británicos es una zona importante. Los 166.000 kilómetros cuadrados constituyen una superficie ocho veces mayor al tamaño de Gales, que forma parte de la isla de Gran Bretaña, y que de ninguna manera podría obtener y manejar en los mares europeos.

A diferencia de lo que se ha informado, el anuncio no es una consecuencia de los inesperados cortocircuitos entre la canciller Diana Mondino y su par británico, David Cameron, por el contrario de una larga política pesquera desenfundada en 2012.

Protesta e incomodidad

La visita del Secretario de Estado para las Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido a las Malvinas hace unas semanas llevó a la ministra argentina a presentarle una protesta en persona al ministro del gobierno de Rishi Sunak cuando se reunieron en el marco del G20 en Río de Janeiro, a fines de febrero.

En la misma, Mondino le expresó a Cameron malestar por recientes declaraciones sobre la soberanía de las islas y por su visita al archipiélago –dicen que además se irritó porque Cameron subiera un video paseando entre pingüinos en las Malvinas poco antes de la reunión que tuvieron en Brasil- y allí le remarcó -informó un comunicado posterior- “los derechos de soberanía de la República Argentina en la Cuestión de las Islas Malvinas y reiteró la disposición de su país a resolver la disputa de conformidad con el mandato de la comunidad internacional”.

La situación actual con la extensión del área marina es de alta seriedad, porque se suma a otras nuevas medidas como la construcción de un nuevo puerto. Y pone al gobierno de Javier Milei en una situación diferente a la que pensó cuando buscaba relajar el nivel de conflictividad que siempre hubo entre el kirchnerismo y el Reino Unido por las Malvinas, los hechos lo llevan a otro lugar.

De hecho, Milei y Mondino decidieron sostener como Secretaria de Estado, el área de Malvinas que está a cargo ahora de la ex vice ministra de Defensa, Paola Di Chiaro, en lugar de bajarle el rango para descomprimir el foco en el conflicto. Y al mismo tiempo, no deja de llamar la atención el desinterés por la embajada en Londres al pedir el plácet como jefa de la misma, a una diplomática de bajo rango, Mariana Plaza, que era la tercera en autoridad del ahora ex embajador Javier Figueroa.

En el rechazo argentino a la decisión británica de ampliar y aplicar legislación británica sobre las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur más sus espacios marítimos, la Cancillería recordó esta semana que “forman parte integral del territorio nacional argentino».

Y le recordó por nota a la embajadora británica aquí, Kirsty Hayes, que existe una regulación sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) y otros marcos jurídicos por el cual sólo la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos puede adoptar normativa en materia de conservación de recursos vivos marinos antárticos. Por lo cual, sostiene la parte argentina, el anuncio británico sería violatorio del régimen multilateral de CCRVMA, al ser zona está delimitada por el Tratado Antártico.

La decisión unilateral británica es un continuado y generó protestas de parte gobernador de la llamada Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico, Gustavo Melella. Este a su vez declaró a Cameron «persona non grata», lo que en realidad es una facultad del Ejecutivo nacional.

Se sumó el ex canciller y actual diputado, Santiago Cafiero: “El gobierno británico nuevamente atropella los derechos de soberanía argentinos y desafía a la comunidad internacional al ampliar de forma unilateral e ilegal una zona de exclusión pesquera de 166.000 km2 alrededor de las Islas Georgias y Sandwich del Sur” dijo y enumera resoluciones de la ONU que piden a las partes de este conflicto que se abstengan de tomar medidas no consensuadas.

El gobierno británico nuevamente atropella los derechos de soberanía argentinos y desafía a la comunidad internacional al ampliar de forma unilateral e ilegal una zona de exclusión pesquera de 166.000 km2 alrededor de las Islas Georgias y Sandwich del Sur. https://t.co/vg8v0O6QIu

— Santiago Cafiero (@SantiagoCafiero) March 5, 2024 Sin embargo, en buena parte, lo que ocurre en estos choques y en el déficit en la relación con Londres es fruto de una falta de política de Estado en esta cuestión.

Por ejemplo, en el contexto de la extrema malvinización del vínculo con el Reino Unido que encaró el kirchnerismo y que retiró al país de los espacios de negociación y cooperación en la actividad de conservación pesquera en el Atlántico Sur, de la que dependen las arcas isleñas a través de concesiones de licencias para operar a buques extranjeros.

El área que ahora amplían los británicos en Georgias del Sur y Sandwich del Sur fue creada en 2012 en el marco de los fuertes choques de Cristina Kirchner con el Reino Unido -incluso con David Cameron siendo primer ministro- y fue protestada por la Argentina desde entonces.

Por su parte, la Argentina también tuvo su gesto que disgustó a los británicos y chilenos. Aunque autorizada por las Naciones Unidas, el país amplió su plataforma continental en el mar por 1.700.000 kilómetros cuadrados de superficie. Ello se traduce en un aumento del 35 % de sus derechos territoriales en los subsuelos y fondos marinos. En el nuevo mapa argentino se incluyen en la plataforma continental a las islas del Atlántico Sur y a lo que se conoce como Antártida argentina. Sin embargo, por estar en disputa, y en ciertos casos bajo la jurisdicción británica, no son áreas que Argentina disponga para si.

El anuncio actual del comisionado en Georgias y Sandwich es consecuencia de un proceso de revisión del área protegida que realizan los británicos cada cinco años. La primera vez lo hicieron en 2019. Esta la segunda que lo hacen en el marco de un programa mayor a nivel pais que llaman Blue Belt.

Ahora, durante los primeros cinco meses de pesca con licencia, el 40 % del Area Marítima Protegida estará cerrado a la pesca de krill, y el 95 % cerrado a la pesca con palangre. “La red de zonas de no toma en gran medida prohíbe la pesca en los hábitats más biodiversos y potencialmente vulnerables, así como cubrir las regiones identificadas por los expertos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como Áreas de Mamíferos Marinos Importantes (IMMA).”, dice el anuncio británico.

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