La unidad que todos los bloques opositores mostraron en Diputados para la imposición de una nueva fórmula jubilatoria es una amenaza latente para el oficialismo. Tras la demostración de fuerza, ahora la oposición amenaza con avanzar por la recomposición para salarios docentes y presupuesto universitario. Aunque Unión por la Patria quería acelerar ya con ambos temas, el radicalismo -que tampoco quiere quedar pegado al kirchnerismo- pateó un mes las definiciones y espera la reacción del Gobierno.
La actualización del presupuesto para las facultades tomó forma en el Congreso después de la masiva marcha universitaria y fue el tema que despertó la primera alarma del oficialismo. Ante la falta de respuestas de La Libertad Avanza para debatir los proyectos, la oposición se unió por primera vez en una sesión especial y, votación mediante, obligó a la comisión de Presupuesto, de José Luis Espert, a reunirse.
Como contó Clarín, hace dos semanas se dictaminaron cuatro proyectos distintos pero nuevamente el de UP y la oposición dialoguista coinciden en los principales ejes: plantean la actualización del presupuesto actual al 1° de enero de 2024 teniendo en cuenta la variación anual de inflación acumulada de 2023; y establecen un ajuste automático bimestral por IPC.
El kirchnerismo quería tratar el tema este martes. Pero no consiguió votos suficientes para incluir el proyecto en el temario de la sesión de jubilaciones ni tuvo quórum para abrir otra sesión esa misma noche.
En el radicalismo, que lleva a las universidades como bandera, justificaron la decisión de no acompañar planteando que no había acuerdos suficientes para votar un mismo proyecto y que si se sometía a votación y se caía, el tema no iba a poder volver a tratarse.
“No hay postura común, aprobando esto arriesgamos que el tema se pueda tratar en el resto del año», argumentó Danya Tavela (UCR), que pidió una sesión especial específicamente para ese tema. Pero, para el 3 de julio. Casi un mes.
Fue una manera decorosa de darle tiempo al Gobierno para que el problema se resuelva por otra vía. De hecho, hay pre acuerdos con los rectores, pero la solución no es definitiva. Mientras tanto, ejercen presión con la sesión pendiente.
Lo mismo ocurre con el Fondo de Incentivo Docente (FONID), que Milei eliminó. Se dictaminaron proyectos y el kirchnerismo quería tratarlos ya. El radicalismo otra vez puso el freno. Quieren esperar y antes de propinar otro golpe, darle tiempo al oficialismo a que logre sancionar su primera ley: la Bases.
De hecho, hay un sector de legisladores que consideran que si se aprueba esa ley, las provincias van a tener más fondos para resolver ellos el problema de los salarios docentes sin ayuda de Nación.
Lo cierto es que el sacudón que Diputados le dio a Javier Milei abrió debates internos, sobre todo en la UCR, donde más temerosos estaban de coincidir en una votación junto al kirchnerismo. Sus ex socios del PRO se encargaron de señalárselo toda la sesión y Cristian Ritondo hasta habló de «matrimonio consumado».
Ya en la sesión el jefe de bancada, Rodrigo De Loredo, buscó explicar su postura.
«Nos preguntan dónde estamos parados. Dicen que unas semanas somos oficialistas, otras opositores. Somos opositores a continuar haciendo lo mismo que nos trajo hasta acá y somos oficialistas del cambio. Le hemos aprobado la Ley Bases y muchas veces hemos sido los defensores, porque dicho sea de paso, les faltan argumentadores al oficialismo», sentenció en el recinto.
Pero otro sector de la UCR, más rebelde y guiado por Facundo Manes, confía en que este es el camino. «Hay que animarnos a ser contundentes. La gente no se pregunta el origen de los 160 votos, lo único que sabe es que el Congreso aprobó una nueva fórmula y que la última vez que se intentó hacer le tiraron 14 toneladas de piedras. Acá hay algo importante: que la política se pueda poner de acuerdo y salvaguardar del desequilibrio, político y social desgarrador», señaló Pablo Juliano (UCR).