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Apuntes del Secretario

miércoles, 3 de abril de 2024 01:20

Insólito comunicado

El brote de dengue en la Argentina continúa en ascenso con estadísticas dramáticas que varían hora a hora, y que según los últimos reportes oficiales acumulan más de 180 mil casos confirmados y 129 muertos en todo el país, en lo que va del año. Un drama del cual no está exenta Catamarca, donde se padecieron ya seis fallecimientos y los contagiados superan los 7.600, casi todos en el Valle Central, donde se concentra casi la mitad de la población catamarqueña. La crisis es regional, y no se presenta sólo en Argentina sino en la mayoría de los países del sur continental, con cifras impactantes que no tienen precedentes en los registros de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud.

La epidemia es grave pero se encuentra en su etapa final, ya que la actividad de los mosquitos que transmiten la afección prácticamente desaparecerá con la llegada del frío, momento en que la mayoría de estos insectos muere porque no resisten las bajas temperaturas, y los pocos que sobreviven hibernan. Hasta aquí, provincias y municipios desarrollaron una tarea titánica por prevenir y controlar la proliferación de la enfermedad, básicamente luchando por eliminar todo aquel sitio que pueda ser fértil para que anide el temido aedes aegypti que contagia el dengue.

En esta labor, fundamentalmente desde el interior del país, se denunció la orfandad de apoyo nacional. Durante meses, desde el cambio de gobierno en diciembre pasado, no hubo reuniones del Consejo Federal de Salud (COFESA), ni se brindó información alguna. Tampoco se distribuyeron insumos básicos. De hecho no se hizo nada. Ministros de diferentes provincias se enteraban de lo que ocurría en otros distritos por los medios de comunicación, y ello impidió desarrollar alguna estrategia conjunta para enfrentar la situación. Básicamente, Nación hizo lo mismo que hace con todos los temas: considerar que lo que ocurre en las provincias no es su problema. Por eso sorprendió sobremanera un insólito comunicado difundido ayer, que mezcla la cuestión sanitaria con un discurso político y divagaciones muy difíciles de comprender.

Extraños argumentos

El Ministerio de Salud difundió un documento en el cual afirma que “desde el mes de diciembre”, realiza el seguimiento epidemiológico permanente con cada una de las jurisdicciones del país y que la semana pasada (un poco tarde) “el ministro nacional, Mario Russo y su equipo analizaron las estrategias llevadas adelante en cada una de las jurisdicciones”. Luego repasan algunas verdades de Perogrullo, como que la eliminación del mosquito en el territorio es la primera línea de defensa para frenar el dengue, y que la clave es el trabajo local y peridomiciliario para combatirlo. “Esta es una tarea que debe realizarse continuamente, no solo debido al contexto actual sino anticipándonos a la próxima temporada para llegar con menor población de mosquitos”, hasta allí todo correcto. Una obviedad, pero correcto al fin. Pero luego se desvirtúa el análisis al afirmar que “hoy estamos sufriendo las consecuencias de la falta de prevención que hubo el año pasado, donde no se hizo el trabajo correspondiente.

Lo mismo ocurrió por parte del Ejecutivo nacional quien no compró los larvicidas para las provincias desde el año 2022. No podemos repetir los errores del pasado”. Y más adelante se expresa que “con el objetivo de llevar claridad a la población, el Ministerio de Salud de la Nación, en su rol de organismo rector encargado de definir una estrategia de inmunización como política de Salud Pública, destaca que dicha decisión conlleva una enorme responsabilidad y no puede quedar sometida al interés de determinados sectores que desinforman y generan preocupación, para advertir que “desde el Gobierno Nacional, no se avalará que la política o los medios de comunicación sumen miedo y confusión” (sic).

Vacuna sí, vacuna no

Reeditando luego una discusión similar a la desatada a mediados de la pandemia de coronavirus, se genera una polémica en torno a la utilidad o no de la vacuna contra el dengue. Esto es particularmente extraño porque los expertos de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) recomendaron expresamente su uso, pero Casa Rosada se opone. “Instamos a las empresas vinculadas con la producción de vacunas a evitar presiones que pretenden apresurar decisiones que pueden poner en riesgo a los argentinos”, dice el comunicado de Salud. En resumen, el Gobierno no actuó ni actúa, pero repartió culpas a políticos, empresas y medios de comunicación por el brote de dengue y la incapacidad de responder. Sin palabras.

Nafta sin freno

El precio de los combustibles trepó  otro 4,6 por ciento por la suba de impuestos que decidió el gobierno de Javier Milei y los combustibles acumulan un incremento en su precio de casi el 200 por ciento desde el inicio de la gestión libertaria. Luego de que Milei fue electo presidente el pasado 19 de noviembre, las petroleras avanzaron rápidamente con una recomposición real de sus precios. La consecuencia de estos aumentos fue la suba de casi todos los productos, en especial en el interior del país, donde la mayoría de los alimentos e insumos llegan por flete. Y la contracara del tremendo aumento de precios fue la caída de la demanda.

Según cifras oficiales de la Secretaría de Energía, entre octubre y febrero la demanda de nafta premium se derrumbó un 30 por ciento. A pesar de que muchos automovilistas pasaron a cargar nafta común en lugar de premium, la venta de súper en el mismo período no solo no subió, sino que retrocedió 3,7 por ciento, lo que deja en claro que mucha gente directamente dejó de utilizar su auto y optó por el transporte público. 

Recuerdos

Hace diez años se anunciaba discretamente en los medios locales la próxima llegada a Catamarca del Presidente del “Partido del Trabajo y la Equidad” (PARTE) y antiguo jefe de Gabinete de la Nación. ¿Su nombre? Alberto Fernández. El programa de Alberto contemplaba brindar una serie de conferencias y, al mismo tiempo, comenzar a trabajar para la precandidatura del entonces diputado nacional Sergio Massa a la presidencia de la Nación. Fernández no despertaba en ese momento mayor entusiasmo en Catamarca y tampoco Massa. De hecho, la mayoría del peronismo local estaba identificado y militaba con el kirchnerismo, y unos pocos disidentes se alineaban con Luis Barrionuevo. Por las vueltas de la vida, Alberto Fernández termino siendo él presidente de la Nación en 2019, tras el fracaso de la gestión de Mauricio Macri. Por su parte, Sergio Massa intentó acceder a Casa Rosada dos veces, en 2015 enfrentado con el kirchnerismo, en 2023 aliado con el kirchnerismo y como postulante a suceder precisamente a Alberto Fernández, pero en ambas ocasiones perdió. Marchas y contramarchas de la vertiginosa política argentina.

El Esquiú.com

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