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«En Santiago tenemos una moratoria para proteger el comercio tradicional en el casco histórico»

La alcaldesa de Santiago y presidenta del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad habla de los efectos positivos y negativos del turismo y de las medidas que están adoptando en su ciudad.

-¿El turismo es actualmente el peor enemigo de la habitabilidad en las ciudades patrimonio? 

-El turismo tiene cosas muy positivas porque es un elemento de dinamización económica, una fuente de riqueza, y algo consustancial a las ciudades patrimonio, que son acogedoras porque saben que tienen que recibir gente y exhibir su patrimonio. Lo que pasa es que también tenemos que proteger a quienes viven en ellas y al conjunto de la población. El turismo tiene también otro lado negativo que es más evidente cuando la afluencia de turistas es muy grande y se concentra en determinadas épocas del año y en zonas concretas. 

«Hay que establecer una serie de flujos para que la gente conozca todo lo que puede ver más allá de los edificios emblemáticos»

-¿Cómo paliar esos efectos?

-Hay que establecer una serie de flujos para que la gente conozca todo lo que puede ver más allá de los edificios emblemáticos. Nosotros estamos intentando en Santiago que el turista sepa que somos una capital de compras, un lugar para disfrutar de la gastronomía, que hay muchísimos parques y zonas verdes y un rico entorno rural. Todos tenemos que trabajar en esa línea y mejorar la concienciación y el respeto al patrimonio para evitar los comportamientos incívicos que acompañan a las grandes aglomeraciones y que el turismo sea responsable y consciente. Nos movemos, en el hilo de un alambre y hay que buscar el equilibrio. 

«Nosotros hemos conseguido que la Xunta de Galicia impulse el proyecto para implantar la tasa turística en Santiago»

-¿Cómo repercute en las arcas públicas que haya tantos turistas?

-Al final, los habitantes del lugar tienen que hacer un mayor esfuerzo para ofrecer los servicios, porque las tareas de limpieza y de conservación no son las mismas cuando hay tanta afluencia. Nosotros hemos conseguido que la Xunta de Galicia impulse el proyecto para implantar la tasa turística en Santiago, con el fin de que las personas que nos visitan contribuyan en una pequeña medida a sufragar ese sobrecoste.

-¿En qué medida se multiplica la población en temporada alta?

-La temporada alta cada vez dura más meses. Antes se concentraba en junio, julio y agosto. Ahora, desde marzo y abril ya se nota el aumento y se mantiene hasta finales de octubre. Son muchos meses y eso obliga a reforzar los servicios en el casco histórico. A la larga, puede haber desigualdades porque los presupuestos municipales se resienten. Santiago es una ciudad de menos de 100.000 habitantes por la que a diario pasan más del doble de personas para trabajar. Muchísima gente se ha ido a los municipios de alrededor. Si a eso sumamos el turismo, el desequilibrio entre ingresos y gastos es muy grande. 

-¿Cómo evitar que la población abandone los cascos históricos? 

-No hay ciudad histórica que pueda decir que eso no está sucediendo. Nosotros tenemos una moratoria para proteger el comercio tradicional del casco histórico, las tiendas de alimentación, ferreterías, mercerías… para que sigan prestando ese servicio y no acabe habiendo solo tiendas de souvenirs. Eso es fundamental para que los vecinos no tengan que desplazarse, porque muchos son mayores, eso y garantizar el descanso. 

«Las viviendas de uso turístico no son responsables de todos los males de las ciudades históricas, pero sí que agravan los problemas de vivienda que tenemos»

-¿Es partidaria de poner coto a las viviendas turísticas?

-Las viviendas de uso turístico no son responsables de todos los males de las ciudades históricas, pero agravan los problemas de vivienda que tenemos. En Santiago, hay una legislación que no permite nuevas viviendas turísticas en el casco, solo las que ya tenían permiso y cumplían los requisitos. Sabemos que hay un índice de ilegalidad y necesitamos más capacidad de inspección para acabar con ello. No es tarea fácil y los gobiernos autonómicos deberían ayudar.

-¿Qué diría a los turistas de las ciudades patrimonio para mejorar la habitabilidad?

-Que vienen a conocer un sitio singular que queremos que siga siendo singular, al turista le diría que tenemos un patrimonio magnífico de edificios, de calles… pero el mejor patrimonio de estas ciudades es su gente y que lo tengan en cuenta.

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