El viernes 18 de octubre, el equipo de Isabel Díaz Ayuso recibió una llamada de Moncloa. Diego Rubio, director de gabinete de Pedro Sánchez telefonea a su homólogo en la Real Casa de Correos de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez. Una conversación «privada» en la que el primero convoca a Ayuso a una reunión con el presidente del Gobierno en Moncloa para el viernes siguiente. La llamada concluye apenas con un acuse de recibo.
La presidenta de la Comunidad de Madrid lleva un mes y medio -desde que Sánchez anunció la ronda de encuentros bilaterales- esbozando sus argumentos para no acudir a la cita, pero sin cerrar la puerta definitivamente. Ser la única presidenta autonómica que rechace ir a la Moncloa y mostrarse como el verso anti institucional del PP pesa en la decisión final, pero la pista de aterrizaje se la dibuja el presidente desde Bruselas solo un día antes. Desde la capital europea Sánchez defiende al fiscal general del Estado tras su imputación por supuesta revelación de secretos en el caso de la pareja de Ayuso, llama «delincuente» a Alberto González Amador y pide la dimisión de la dirigente madrileña porque pudo haberse «beneficiado» del supuesto delito fiscal de su pareja. Suficiente para argumentar en contra, piensan en Sol.
El desafío de la presidenta madrileña -aunque esperado- tiene algunas derivadas internas para el PP. La realidad es que el cierre de filas ha sido total, incluso por encima de otros episodios en los que sí se han evidenciado matices en otros barones territoriales e incluso en la dirección nacional. Se vio claro desde primera hora del lunes. Génova dio la orden de una defensa férrea. Borja Sémper y Elías Bendodo cumplieron el guión. Y también presidentes autonómicos como el de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón: “Mi total apoyo. No es tolerable la persecución política que sufre”, llegó a decir. El líder del PP, que participaba en el congreso de la Empresa Familiar desde Santander, optó por no abordar el asunto. Pero lo hará este martes y defenderá a la presidenta de Madrid.
Muchas semanas hablando con Feijóo
Hacía días que en la sede del Gobierno regional se barruntaba la idea de no acudir a la reunión de Moncloa. Fuentes del entorno de Ayuso aseguran que lleva todo este tiempo exponiéndole a Alberto Núñez Feijóo sus razones para plantar a Sánchez. Han hablado «de forma habitual» en este tiempo y la presidenta no ha dejado de esgrimir por qué considera que la ronda de contactos en Moncloa es prácticamente una encerrona. Un «blanqueo» del pacto con los independentistas, defiende ella. Pero desde que se anunciaron estas reuniones bilaterales y, sobre todo, desde que los barones populares y Génova rechazaron la sugerencia pública de Ayuso de no acudir a las mismas -algunos se molestaron bastante- la presidenta madrileña se ha escudado en la hipotética agenda de la reunión para no aclarar qué haría. «A tomar un café» no se va a Moncloa, repetían ella y su equipo en los últimos días. «Habrá que ver cómo se negocian los temas a tratar», insistían una y otra vez.
Pero, tras la llamada del viernes pasado, en la que según el gabinete de Sánchez se llega a proponer incluso una fecha alternativa cuando Rodríguez menciona que Ayuso tiene un acto ya cerrado en Galicia, la comunicación se interrumpe entre los equipos hasta este lunes a primera hora. «Silencio administrativo», dicen en Moncloa. En Sol reconocen que no exigen al equipo del presidente una lista de temas para poner sobre la mesa, no piden información concreta sobre cómo quiere abordar Sánchez los asuntos de Madrid. En el equipo del presidente argumentan que en estos encuentros cada dirigente autonómico ha llevado los temas que ha considerado oportunos, «sin vetar ni impulsar ninguno» desde Moncloa, y tampoco adelantan un documento o un email con asuntos a tratar porque es lo que han hecho con el resto de los presidentes regionales. Ese mismo viernes, con la extremeña y la balear, ambas del PP. La propuesta concluye con el no de Ayuso a Sánchez, que se comunica al Gobierno apenas unos minutos antes de lanzar el comunicado a los medios.
Evitar la confrontación interna
En el núcleo duro de Feijóo advierten de que no hay fisuras y consideran que eso es “exactamente” lo que busca Moncloa. Lo que sí le expresó el líder nacional a la presidenta en su conversación del domingo fue que él habría actuado de otra manera. En Génova consideran que podía haber tenido “el mismo efecto” de rechazo al comportamiento de Sánchez haberlo hecho desde el Palacio de la Moncloa. “Aún así. No nos metemos. Si Rajoy o Casado hubieran llamado a Feijóo cuando presidía la Xunta para decirle que fuera o no a una reunión, él no lo habría tolerado”, repiten para que quede claro el respeto a lo que cada autonomía decida. Sea cual sea la decisión.
El líder del PP consideró “un error” en el mes de septiembre la posibilidad de que la madrileña plantara a Sánchez y ahora lo sigue considerando. Pero, dicen en su equipo, “lo entiende perfectamente”. “Soportar que cada día te llamen corrupta y estén mintiendo sobre ti no puede no tener respuesta”, llegan a defender en la dirección nacional. Lo que sí rompe la estrategia de Ayuso es el mensaje de que la institucionalidad debe prevalecer por encima de todo. Aunque Feijóo muestre empatía con la lideresa madrileña, ese plantón pone en entredicho los valores defendidos por el PP en su conjunto.
Algunos dirigentes territoriales reconocen que “no es plato de buen gusto” para María Guardiola (Extremadura) y Marga Prohens (Baleares) acudir a la Moncloa este viernes para que las preguntas sobre Ayuso se amontonen. Por mucho que la dirigente madrileña fuera la única capaz de tomar esta decisión, precisamente por su perfil político, “muchas veces tiene consecuencias sobre el resto”, reconocen en algunas comunidades.
Y ahí entra en juego el otro choque que ha podido provocar la madrileña: una distorsión del mensaje de oposición contra Sánchez, acaparando todo el foco y el protagonismo una vez más. En Génova asumían ya desde por la mañana que la intervención que Feijóo tenía programada con la Empresa Familiar en Santander conseguiría poca atención. Tampoco los mensajes contra el presidente del Gobierno sobre supuesta corrupción, a pesar de que este lunes el varapalo se lo llevó Génova después de que la Audiencia Nacional archivara su querella contra el PSOE por financiación irregular.
Después del comunicado de Ayuso y de haber respondido a preguntas de los medios de comunicación a media mañana -“he recibido insidias, calumnias, como no lo consiguen en las urnas han buscado destruirme emocionalmente, y como no tengo nada, han hecho una lista con mi entorno” llegó a decir- la intervención que tenía prevista ante la cúpula del partido la hizo finalmente a puerta cerrada: «Nada más que añadir», zanjaban en su entorno.